Los cerebros de los alumnos se
sincronizan durante una clase
Cuando las personas de un grupo están concentradas unas con otras y con el entorno, sus ondas cerebrales presentan modelos similares. Lo ha descubierto un estudio que utilizó electroencefalografía (EEG) portátil para registrar simultáneamente la actividad cerebral de una clase de alumnos de secundaria durante un semestre. El estudio midió las interacciones entre parejas de estudiantes, las interacciones entre todo el grupo como un todo y las interacciones entre estudiantes individuales y el resto del grupo. El grado en que las ondas cerebrales de los estudiantes se alinearon anticipó tanto sus niveles de participación en la actividad de la clase como su conexión social.
El estudio constató
que las ondas cerebrales de los estudiantes estaban alineadas con los otros
cuando estaban más concentrados durante la clase. La sincronización entre un
cerebro y otro ha identificado asimismo a los estudiantes realmente interesados
en el aprendizaje.
La interacción entre
cerebros también descubre la interacción social entre alumnos y las
personalidades de los estudiantes. Los investigadores consideran que estos
efectos se pueden explicar por los mecanismos de concentración compartidos que
se producen durante las interacciones dinámicas de los grupos. Los
investigadores, dirigidos por David Poeppel, de la Universidad de Nueva
York y del Instituto Max Planck, utilizaron un EEG portátil para registrar
simultáneamente la actividad cerebral de los alumnos durante una clase.
A continuación
utilizaron nuevas técnicas de análisis para evaluar en qué medida esta
actividad cerebral estaba sincronizada entre los estudiantes y la manera en que
el nivel de sincronización variaba según la concentración de los alumnos en
diferentes momentos de la clase y de la dinámica social.
Los investigadores
consideran que el nivel de sincronización procede de un fenómeno que se conoce
como sincronización de las ondas cerebrales. Los millones de neuronas producen,
cada una, sus propias señales eléctricas. Estas señales, combinadas, generan
oscilaciones conocidas como ondas cerebrales, que pueden ser medidas mediante electroencefalografía
(EEG).
Las ondas cerebrales
se solapan con las ondas sonoras o los patrones de luz del mundo exterior.
Cuanto más se concentra el cerebro sobre estos modelos cerebrales, más se va a
confundir con estos modelos, señalan los investigadores.
En consecuencia, si
las personas de un grupo están concentradas en un mismo punto de atención, las
ondas cerebrales son similares porque se confunden con la misma información
compartida por los miembros del grupo.
La sincronización
cerebral es igualmente necesaria para un comportamiento sincronizado de la
interacción humana, explican los investigadores. Por ejemplo, una
sincronización es necesaria entre dos personas que mantienen una conversación,
que bailan o trasladan el mismo mueble.
Los resultados de esta
investigación sugieren que la dinámica social es importante, incluso cuando las
personas ven el mismo video o asisten a una conferencia.
“Estos hallazgos
tienen implicaciones para los investigadores de la educación que podrían querer
saber qué técnicas de enseñanza aumentan el compromiso de los alumnos y para
los neurocientíficos básicos que quieren descubrir los procesos neuronales,
psicológicos y sociales subyacentes al aprendizaje”, explica David Poeppel,
profesor de psicología en la
Universidad de Nueva York Y director del Instituto Max Planck
de Estética Empírica en Frankfurt, en un comunicado de la NSF.
No hay comentarios:
Publicar un comentario