Un estudio
desvela cómo una relación romántica produce alteraciones en la arquitectura del
cerebro.
Un equipo de
investigadores chinos y estadounidenses ha descubierto cómo tener una relación
romántica produce alteraciones en la arquitectura del cerebro. Según publican
en la revista Frontiers in Human Neuroscience, la persona enamorada tiene una
mayor conectividad entre las regiones del cerebro asociadas con la recompensa,
la motivación, la regulación de la emoción y la cognición social. «El estudio
proporciona la primera evidencia empírica de alteraciones relacionadas con el
amor en la arquitectura funcional del cerebro», señala el autor principal de la
investigación, Hongwen Song, de la Southwest University en Chongquing, China.
Para llegar a esta
conclusión, el equipo utilizó técnicas de neuroimagen, en concreto imágenes de
resonancia magnética funcional para examinar las diferencias en los patrones de
conectividad cerebral en cien estudiantes universitarios. Los voluntarios se
dividieron en tres grupos: los que estaban enamorados, los que habían dejado de
estarlo y los «solteros».
Los investigadores
encontraron en el grupo de los enamorados un aumento de la actividad cerebral
en reposo en una zona llamada cortex del cíngulo anterior del hemisferio
izquierdo, lo que sugiere que esta área cerebral está muy relacionada con el
estado de enamoramiento.
Sin embargo, la
actividad cerebral en otra área en la profundidad de los hemisferios
cerebrales, el núcleo caudado bilateral, se redujo significativamente en el
grupo de los que habían dejado de estar enamorados. Esta estructura del cerebro
está asociada con la detección de recompensas, la expectativa, la
representación de los objetivos y la integración de la información sensorial.
Curiosamente, los
investigadores también encontraron en los enamorados una mayor conectividad
entre el cortex del cíngulo anterior del hemisferio izquierdo con otras
estructuras como el núcleo caudado, el núcleo accumbens o la ínsula, una red
cerebral asociada igualmente con la recompensa, la motivación y la regulación
emocional.
Según explican los
investigadores, el aumento de la conectividad en estas regiones del cerebro
«puede ser el resultado de los esfuerzos frecuentes (de los enamorados) para
controlar su propio estado emocional, así como el estado emocional de su
amante, y ajustar estrategias cognitivas para resolver conflictos a fin de
mantener su relación romántica».
Además, el grupo
enamorado mostró una mayor conectividad entre numerosas estructuras
relacionadas con la cognición social. «Estos resultados arrojan luz sobre los
mecanismos neurofisiológicos subyacentes del amor romántico mediante la
investigación de la actividad cerebral», subrayan los investigadores.
de psiquiatria.com
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