Refuerzo variable: así te enganchan
Facebook y tu móvil
Para
empezar, malas noticias. Que sepas que tu móvil sabe mucho de psicología.
Mírale, ahí tan inocente. Seguro que ahora no se atreve a encender esa
lucecita que te avisa de una nueva notificación. O igual tienes el móvil
boca abajo, o en el bolsillo. ¿Y si tienes ahora mismo un nuevo 'whatsapp' y no
lo has visto?, ¿Y si alguien te ha etiquetado en algo en Facebook y tampoco lo
has visto? Vete a mirar antes de seguir leyendo, que se que te pica la curiosidad.
Estos aparatejos modernos...están todos compinchados. La tragaperras esa
del Bar Paco te hace lo mismo: "¿dejas ya de jugar? Mira que lo has
intentado 48 veces, ¿y si es la 49 la que te da el premio?".
Todos
ellos, como decía, saben mucho de psicología, y aplican un programa
de reforzamiento variable, que saben que a los humanos -y otros
animales-nos encanta.
Claro que eso de "programa de refuerzo variable" nos puede sonar un poco a chino mandarín de la zona norte de Pekín, así que vamos a intentar explicarlo: seguro que recuerdas el artículo en el que hablábamos de las palomas y la conducta supersticiosa. Ahí contábamos cómo las palomas tenían que hacer algo para obtener un
refuerzo (en ese caso, comida). Es un paradigma que conocemos comocondicionamiento operante, de manera sencilla: yo hago algo, y ese algo tiene consecuencias, bien sean positivas (me dan comida, Pepito me manda un Whatsapp, Manolita me etiqueta en una foto y me dice que me quiere mucho, etc...) o negativas (una descarga eléctrica, una bronca de mi madre, etc...). Pues bien, cuando una persona realiza una conducta, y a esta le siguen consecuencias positivas, los psicólogos decimos que esa conducta ha sidoreforzada, así que ya sabemos de dónde viene lo de "refuerzo"; pero, ¿lo devariable?. Pues más sencillo aún, ese refuerzo se nos puede dar cada vez que realizamos la conducta (toco un botón y me dan comida) o me lo pueden dar unas veces si, y otras no, es decir, variable, que es esa vil estratagema utilizada por Facebook, Instagram, nuestro móvil, las tragaperras y demás redes sociales.
Claro que eso de "programa de refuerzo variable" nos puede sonar un poco a chino mandarín de la zona norte de Pekín, así que vamos a intentar explicarlo: seguro que recuerdas el artículo en el que hablábamos de las palomas y la conducta supersticiosa. Ahí contábamos cómo las palomas tenían que hacer algo para obtener un
refuerzo (en ese caso, comida). Es un paradigma que conocemos comocondicionamiento operante, de manera sencilla: yo hago algo, y ese algo tiene consecuencias, bien sean positivas (me dan comida, Pepito me manda un Whatsapp, Manolita me etiqueta en una foto y me dice que me quiere mucho, etc...) o negativas (una descarga eléctrica, una bronca de mi madre, etc...). Pues bien, cuando una persona realiza una conducta, y a esta le siguen consecuencias positivas, los psicólogos decimos que esa conducta ha sidoreforzada, así que ya sabemos de dónde viene lo de "refuerzo"; pero, ¿lo devariable?. Pues más sencillo aún, ese refuerzo se nos puede dar cada vez que realizamos la conducta (toco un botón y me dan comida) o me lo pueden dar unas veces si, y otras no, es decir, variable, que es esa vil estratagema utilizada por Facebook, Instagram, nuestro móvil, las tragaperras y demás redes sociales.
En
resumidas cuentas, ellos saben que un programa de refuerzo
variable genera mucha más adicción que un programa de refuerzo fijo, y
además por lo general no nos sacia, no nos cansa.
Imaginemos que cada vez que entramos en Facebook encontraramos una notificación: nos cansaríamos. El reforzador (que es esa bola del mundo con su numerito rojo o esa publicación donde nos enteramos que Juanito ha estado en Rusia y ahora está bebiendo vodka con Dimitri; o ese icono del whatsapp ahí arriba del móvil cuando esperamos un mensaje con ganas) perdería su atractivo. Nos engancha mucho más si ese refuerzo se da de vez en cuando que si se nos da cada vez. Además, no sabemos exactamente cuando vamos a ser reforzados. Hemos comprobado si teníamos alguna novedad en Facebook hace dos minutos, pero puede que justo ahora haya algo que sea de nuestro interés, y lo mismo ocurre con el móvil. En el caso de las tragaperras, hemos jugado ya durante 25 minutos, pero es probable que justo dentro de 5 minutos obtengamos un premio.
Imaginemos que cada vez que entramos en Facebook encontraramos una notificación: nos cansaríamos. El reforzador (que es esa bola del mundo con su numerito rojo o esa publicación donde nos enteramos que Juanito ha estado en Rusia y ahora está bebiendo vodka con Dimitri; o ese icono del whatsapp ahí arriba del móvil cuando esperamos un mensaje con ganas) perdería su atractivo. Nos engancha mucho más si ese refuerzo se da de vez en cuando que si se nos da cada vez. Además, no sabemos exactamente cuando vamos a ser reforzados. Hemos comprobado si teníamos alguna novedad en Facebook hace dos minutos, pero puede que justo ahora haya algo que sea de nuestro interés, y lo mismo ocurre con el móvil. En el caso de las tragaperras, hemos jugado ya durante 25 minutos, pero es probable que justo dentro de 5 minutos obtengamos un premio.
Somos ratones dando a una
palanca
Admitámoslo.
No hay diferencia entre el comportamiento de un ratón apretando la palanca
compulsivamente para obtener comida, y el nuestro mirando el móvil cada minuto
para ver si tenemos un nuevo 'like' en Instagram. Además, en un mundo donde compartir
nuestras experiencias casi cuenta más que el vivirlas
potencia de manera enorme el poder reforzante de un 'Me gusta'. No sería descabellado decir que ello nos refuerza más que al ratón una porción de comida.
potencia de manera enorme el poder reforzante de un 'Me gusta'. No sería descabellado decir que ello nos refuerza más que al ratón una porción de comida.
Pese
a que cada vez es más común ver a gente ensimismada en su mundo digital,
tenemos que ser conscientes de que hay muchos 'Facebook' en nuestro día a día,
ya que casi todas nuestras conductas son reforzadas de forma variable.
Podemos poner miles de ejemplos, si eres de los 80 o 90, seguro que recuerdas
esas cantimploras
que todos bebíamos de pequeños, con un rasca donde nos podía
tocar otra, ¡o no!. Ahora ya sabemos de dónde sacó Mark Zuckernberg la maldita
idea. Otro ejemplo puede ser la conducta
de ligoteo, donde
el azaroso triunfo sentimental tras bailar una dudosa coreografía de 'La
Gozadera' a las 5 am en el garito de debajo de casa puede llevarte a
repetirlo cada fin de semana.
En
definitiva, podríamos decir que la vida es una gran máquina tragaperras.
Se trata de descubrir qué palancas nos ofrecen qué cosa y si el apretarlas nos
compensa o no el tiempo que ello nos quita (no quiero que Zuckenberg ni
Apple me pongan una querella, pero creo que en el caso de las redes sociales
ambos sabemos la respuesta). Por cierto, si buscas no mirar tanto el móvil, o
no entrar tanto a Facebook, prueba con anotar en una lista las veces que
realizas esa conducta, ya que muchas veces lo hacemos de
manera inconsciente.
Tu móvil me va a odiar. Alejandro
Bascoy
de lne.es
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