Cómo se recupera la
felicidad tras un desastre, según la ciencia
Un grupo de investigadores estadounidenses
pudo medir los niveles de satisfacción de gente que ha superado desastres
En 2003, unas mil parejas con hijos y bajos ingresos se apuntaron
a un estudio universitario que se estaba haciendo en Nueva Orleans (EE UU).
Tenía como objetivo aumentar el nivel de la educación en los centros públicos
de enseñanza superior (los community colleges) y, para ello, se
estudiaría el estatus económico, los lazos sociales y la salud mental y física
de los participantes a lo largo de los años. El 29 de agosto de 2005, todo
cambió: el huracán Katrina tocó tierra y dejó tras su paso 1.800 muertos y más
de la mitad de la ciudad destruida. De repente, la encuesta trocó en una
oportunidad única para analizar mediante nuevas preguntas cómo afecta un
desastre de tales proporciones en familias desfavorecidas. Usando esos datos,
acaba de publicarse en Journal of Happiness Studies un análisis que asegura que los
niveles de felicidad se recuperan mucho más rápido de lo que se podría
imaginar.
La felicidad de los supervivientes descendió cuando se les
preguntó el año del Katrina. Cuatro años después, la mayoría de las mujeres
habían vuelto a niveles previos al desastre
“Uno de los elementos más interesantes de nuestra investigación es
que teníamos datos sobre la felicidad de los supervivientes de Katrina, en
nuestro caso mujeres, un año antes del huracán, un año después, y cuatro años
después”, explica en un correo electrónico Rocio Calvo, ayudante de docencia en el Boston
College’s School of Social Work y autora principal del estudio. “Dado lo
impredecible de los desastres naturales y la dificultad de localizar a los
supervivientes después de que hayan sido desplazados, teníamos una base de
datos única que permitía investigar las consecuencias de uno de los peores
desastres naturales ocurridos en el país en las felicidad de las
supervivientes”.
Con una de 491 mujeres, el análisis define la felicidad o
satisfacción vital como "la evaluación personal de la vida en general
compuesta por una dimensión congnitiva a largo plazo y por una dimensión
temporal afectiva". Para medirla, usaron la siguiente pregunta: "Si
considera su vida en general en este momento, ¿cómo de feliz o infeliz diría
usted que es?" Había cuatro grados de respuesta, desde "No soy nada
feliz" a "Muy feliz".
"Una vez observado el patrón de felicidad de la mayoría de supervivientes,
estábamos interesados en investigar que factores estaban asociados con la
recuperación de las satisfacción vital, o felicidad, de las mujeres":
quienes no recuperaron los mismos niveles eran las que estaban solas
Lógicamente, la felicidad de los supervivientes descendió
significativamente cuando la pregunta se realizó al año del desastre. La
sorpresa vino al repetirla cuatro años después. La mayoría de las mujeres
habían vuelto a niveles previos al desastre. “No deja de ser sorprendente y
esperanzador porque es un indicador de la gran capacidad de superación y
adaptación del ser humano, incluso tras haber experimentado circunstancias
extremadamente difíciles”, razona Calvo.
“Una vez observado el patrón de felicidad de la mayoría de supervivientes,
estábamos interesados en investigar que factores estaban asociados con la
recuperación de las satisfacción vital, o felicidad, de las mujeres”, cuenta.
De la muestra, solo 38 mujeres no recuperaron los niveles previos. Todas tenían
en común que vivían solas y percibían que tenían menos gente a su alrededor que
las valorara. Calvo arguye que al trabajar con supervivientes de desastres
naturales u otras circunstancias traumáticas, permitirles restablecer sus
mecanismos de apoyo comunitario es tan vital como proporcionar recursos y
dinero.
“Estos resultados van en línea con otros estudios que demuestran
que una de las claves de la felicidad se encuentra en las relaciones personales
y en el apoyo que recibimos de los demás”, concluye. Aplíquense el cuento.
de elpais.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario