lunes, 4 de mayo de 2015

Nepal

Más del 80% de la población recuperará una normalidad psicológica un año después del terremoto

El duelo tras una catástrofe natural es menor que el provocado por un accidente o un atentado

La tragedia del terremoto de Nepal causará problemas de salud mental entre la población superviviente pero, tras el estado de ‘shock’ inicial y las secuelas causadas por las pérdidas humanas y materiales, más del 80 por ciento recuperarán la normalidad psicológica entre uno y dos años después de la catástrofe.
En estas situaciones uno de los problemas más difíciles de manejar es la inseguridad emocional, según ha explicado a Europa Press Mónica Pereira, miembro del Grupo de Emergencias del Colegios de Psicólogos de Madrid, ya que el hecho de haber perdido a seres queridos y quedarse sin vivienda genera una “falta de seguridad e incertidumbre provoca mucho malestar y dificultad de adaptación”.
De hecho, esta experta ha explicado que al principio se vive un estado de ‘shock’ en el que “la cabeza no es capaz de entender lo que está ocurriendo ni asumir tanto los fallecimientos de seres queridos como las pérdidas materiales”.
“Son tal cantidad de cosas las que están pasando que el cerebro no es capaz de asumirlas y procesarlas todas, y por eso se entra en ese estado de ‘shock’, como para poder ir asumiendo poco a poco”, ha reconocido Pereira.
Tras esta primera fase, se pasan momentos de rabia o enfado, contra uno mismo, contra las personas que se han perdido o contra las autoridades por cómo han manejado la situación.
Esta psicóloga reconoce que en catástrofes naturales uno se siente más perdido porque “no hay nadie a quien echarle la culpa”, lo que ayuda a ir asumiendo “poco a poco” que no dependía de nadie y “resignarse” a lo sucedido.
En el primer año suelen aparecer diferentes problemas como casos de estrés postraumático, trastornos adaptativos, conductas ansiosas e incluso trastornos depresivos. No obstante, tras un año sólo persistirán en un 10-15 por ciento, mientras que la amplia mayoría “va a retomar su vida diaria, aunque de forma diferente”.
SENTIRSE MEJOR QUE ANTES, TAMBIÉN ES POSIBLE
De hecho, entre un 5-10 por ciento va a sentir que “incluso están mejor que antes” porque “van a aprender de todo lo ocurrido y van a darle sentido a su vida y darse cuenta de lo fuertes que han sido después de una situación de este tipo”.
“Aprenden sus propias fortalezas, a quién tienen al lado y a quien no, y reconstruyen la vida como realmente les gusta, y no como la llevaban antes”, según ha defendido esta experta.
De hecho, Pereira reconoce que en Psicología tratan de ayudar a la gente a encontrar ese sentido y volver a esa fase de resiliencia, “para que haya muchas más personas que crezcan tras una situación de catástrofe y saquen beneficios emocionales de todo lo que están viviendo”.
LA ATENCIÓN PSICOLÓGICA, EN DIFERENTES FASES
En cuanto a la atención que deben recibir estas personas, Pereira ha explicado que en un primer momento se trata de ofrecer una toma de contacto con la realidad en la que se ayuda a entender lo que está ocurriendo y se informa de los síntomas que pueden aparecer.
“Intentamos que la gente se asuste menos, porque si por ejemplo no sabes que es normal ver imágenes de lo sucedido, puedes pensar que te estás volviendo loco, y eso provocar más angustia y agrandar el dolor”, ha explicado.
Luego hay una segunda fase, a medio-largo plazo, de psico-educación, en la que ayudan a entender las dificultades que van pasando para ir afrontando y reiniciando una vida, que puede prolongarse entre tres a seis meses.
“NECESITAN SEGURIDAD, QUE ES LO QUE LES FALTA”
Esta fase terapéutica debe adaptarse a cada paciente, “según la necesidad y la capacidad para escuchar lo que está pasando”, ha explicado Pereira. “Necesitan a alguien que mantenga la seguridad y la calma para salir de la fase de ‘shock’ e iniciar el afrontamiento. Necesitan que les den seguridad, que es lo que les falta”, ha añadido.
En estos casos, la psicóloga reconoce que los niños suelen tener “más facilidad” para superar este tipo de situaciones, al igual que las personas con menos recursos, que “están más acostumbrados a salir de situaciones de emergencia” y “tienen más fortaleza mental y más estrategias a nivel emocional”.
Además, reconoce que los propios profesionales que están trabajando en estas tareas también vivirán estas fases tras la catástrofe, por lo que se duplica la dificultad de ese afrontamiento.
LA MEJOR TERAPIA A LARGO PLAZO, LA REINSERCIÓN EN LA SOCIEDAD
En este periodo, la psicóloga asegura que lo aconsejable es hacer seguimientos periódicos para ver cómo evolucionan pero, a partir del año, no hay que “obligar” a la gente a pasar por servicios de salud mental salvo que sea estrictamente necesario, y aboga por “fomentar el acogimiento de la sociedad”.
“Es mucho más positivo cuando tu te esfuerzas por salir de las situaciones y la sociedad te ayuda que cuando es la institución la que te ayuda permanentemente”, según reconoce esta experta.
De hecho, asegura que si al año no ha aparecido sintomatología y los pacientes van retomando su vida ya no van a necesitar atención, a pesar de que en ocasiones puede haber personas que parecen fuertes pero de repente “se derrumban por completo” tras un problema posterior que actúa como detonante.
 foto: The Guardian
de psiquiatria.com


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