lunes, 27 de octubre de 2014

esa primera impresión

La primera impresión sobre el atractivo o la honradez se forma en milisegundos al mirarnos a la cara.


Investigadores de psicología de Universidad de York (Reino Unido) han realizado un estudio que revela que cuando miramos a otro a la cara evaluamos en cuestión de 100 milisegundos rasgos faciales como la forma de la mandíbula, la boca, los ojos o los pómulos para hacernos una primera impresión de esa persona.
El trabajo, que ha sido publicado en la revista PNAS, señala que con esa ojeada rápida de los rasgos faciales del otro se valoran cuestiones sociales como la honradez, la autoridad o el atractivo.
El equipo dirigido por Tom Hartley ha querido indagar como se forman estas impresiones y, para ello, han estudiado las características físicas de 1.000 imágenes faciales muy variables. Además, cada cara fue también analizada por evaluadores independientes que valoraron los  rasgos sociales.
Combinando la información de 65 atributos físicos, como el ancho de la ceja, el área de la boca, y la posición del pómulo, los autores construyeron un modelo que explica el 58% de la variación de las primeras impresiones basada solo en atributos físicos.
Accesibilidad y atractivo
Por ejemplo, la zona de la boca y su forma fueron vinculadas a la accesibilidad, mientras que las de los ojos se asociaban con el atractivo.
Con el objetivo de revertir el proceso, los investigadores crearon un modelo para generar caras simuladas de dibujos animados que produjeron impresiones específicas y predecibles en los  observadores.

Los resultados del trabajo indican que las características físicas definidas objetivamente pueden ser la base de las impresiones sociales, según los autores.
de psiquiatria.com

lunes, 20 de octubre de 2014

movimiento nocturno

El cerebro aprende mejor secuencias de movimientos después de dormir.

Científicos de la Universidad de Montreal (Canadá) han descubierto el mecanismo cerebral que hace que el aprendizaje de movimientos sea más fácil después de dormir, según han descrito en un artículo publicado recientemente en la revista ‘NeuroImage’.
La región subcortical del cerebro es clave en la consolidación de información y estudios previos ya habían descrito su importancia a la hora de aprender movimientos, lo que se conoce como aprendizaje motor, pero no se sabía por qué su actividad era mayor tras de una noche de sueño.
Sin embargo, ahora han visto que después de dormir la red cerebral de estas áreas funciona con mayor sincronía, y se observa que la comunicación entre el diversas regiones se optimizan mejor. “Y sucede lo contrario cuando no ha habido ningún período de sueño”, ha aseverado Karen Debas, neuropsicóloga de la Universidad de Montreal que ha dirigido este trabajo.
Para dicho hallazgo, seleccionaron a un grupo de personas y les enseñaron una secuencia de movimientos de los dedos, como si estuvieran tocando un piano. Utilizaron imágenes de resonancia magnética para medir su actividad cerebral durante el aprendizaje, que realizaron antes y después de dormir.
Los investigadores ya habían observado que el putamen, una estructura situada en parte central del cerebro, estaba más activa en los sujetos que habían dormido. Por otra parte, vieron que después de dormir aprendían mejor los movimientos.
Al analizar la conectividad cerebral, que identifica redes cerebrales y mide sus niveles de integración, encontraron que en estos casos la red cortico-estriatal –compuesta de áreas corticales y subcorticales, incluyendo el putamen– presentaba una mayor interacción con el resto.
“Parece que una noche de sueño ofrece una protección activa de esta red que durante el día no se produce, y con una única noche de sueño puede bastar para aprender bien el moviemiento”, ha explicado Debas.
De este modo, los resultados proporcionan información sobre el papel del sueño en el aprendizaje de las habilidades motoras que requiere nuevas secuencias de movimiento y muestra, por primera vez, una mayor interacción dentro del sistema cortico-estriatal después de una fase de consolidación del sueño.
Un hallazgo, según añaden, que abre la puerta a nuevas investigaciones para conocer mejor los mecanismos del sueño y como se relacionan las regiones cerebrales durante el mismo.
de psiquiatria.com

lunes, 13 de octubre de 2014

Dormir... tal vez soñar!

Las personas que son conscientes de que están soñando resuelven mejor los problemas, según ha mostrado un equipo de investigadores de la Universidad de Lincoln en Reino Unido.
Y es que, se piensa que algunas personas son capaces de hacer esto debido a un mayor nivel de penetración, lo que significa que sus cerebros detecta que son sueños y no vivencias. Esto es lo que hace que cuando se despiertan son capaces de encontrar soluciones a problemas mediante la detección de conexiones.
Para llevar a cabo el estudio, publicado en ‘Psychological Association’s journal’, se examinaron a 68 participantes de edades comprendidas entre 18 y 25 años que habían experimentado diferentes niveles de sueño lúcido, a los cuales se pidió que resolvieron 30 problemas que consistían en tres palabras y una solución. Por ejemplo con las palabras ‘arena’, ‘millas’ y ‘edad’, la palabra que une sería ‘piedra’.

De esta forma, los expertos comprobaron que los soñadores lúcidos resuelven el 25 por ciento más de los problemas que los soñadores no lúcidos.
de psiquiatria.com

miércoles, 8 de octubre de 2014

este nobel para la psicología



El Nobel de Medicina 2014 premia el descubrimiento del “GPS interno” del cerebro

 

El estadounidense y el matrimonio noruego han desvelado el “sistema de posicionamiento” de este órgano

El británico-estadounidense John O’Keefe, por un lado, y el matrimonio noruego compuesto por May-Britt Moser y Edvard I. Moser han sido galardonados este lunes “por sus descubrimientos de células que constituyen un sistema de posicionamiento en el cerebro”, según ha anunciado la Asamblea Nobel del Instituto Karokinska en Estocolmo.
Los galardonados, ha resaltado el Instituto Karolinska, han descubierto un “GPS interno” en el cerebro que permite a las personas orientarse en el espacio y saber en todo momento dónde se encuentran.
O’Keefe descubrió en 1971 el primer componente de este sistema de posicionamiento tras detectar un tipo de célula nerviosa en el hipocampo que siempre estaba activa cuando una rata se encontraba en un determinado lugar en una sala.
Otras células nerviosas eran activadas cuando la rata se encontraba en otros lugares. Esto le permitió llegar a la conclusión de que estas “células de lugar” formaban un mapa de la habitación.
En 2005, el matrimonio Moser, el quinto en ser galardonado con un premio Nobel, descubrió otro componente clave del sistema de posicionamiento del cerebro tras identificar otro tipo de célula nerviosa, que bautizaron como “célula cuadrícula”, que genera un sistema de coordenadas y permite el posicionamiento preciso.
Su investigación posterior, según ha explicado el Instituto Karolinska, mostró cómo las células de lugar y las células cuadrícula permite determinar la posición y navegar a las personas.
“Los descubrimientos de John O’Keefe, May-Britt Moser y Edvard Moser  han resuelto un problema que ha ocupado a filósofos y científicos durante siglos: ¿cómo crea el cerebro un mapa del espacio que nos rodea y cómo podemos abrirnos camino en un entorno complejo?”, ha destacado el Instituto Karolinska, subrayando que “el sentido del lugar y la capacidad de movernos son fundamentales para nuestra existencia”.
LOS GALARDONADOS
John O’Keefe nació en 1939 en Nueva York y tiene doble nacionalidad estadounidense y británica. Es doctor en Psicología Fisiológica por la Universidad McGill de Canadá desde 1967, tras lo cual se trasladó a Inglaterra para un postdoctorado en el University College de Londres.
En 1987, fue nombrado profesor de Neurociencia Congnitiva de esta universidad y actualmente es director del Centro de Bienvenida Sainsbury en Circuitos Neuronales y de Conducta en este centro.
Por su parte, May-Britt Moser, la undécima mujer galardonada con el Nobel de Medicina, nació en la ciudad sueca de Fosnavag en 1963. Estudió Psicología en la Universidad de Oslo con su futuro marido y se doctoró en Neuropsicología en 1995.
Ha trabajado en la Universidad de Edimburgo y en el University College de Londres, antes de trasladarse en 1996 a la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología en Trondheim. Aquí fue nombrada profesora de Neurociencia en 2000 y actualmente es directora del Centro de Computación Neuronal en Trondheim.
Su marido, Edvard I. Moser, nació en 1962 en  la ciudad noruega de Alesund. Es doctor en Neurofisiología por la Universidad de Oslo desde 1995 y estuvo junto a su mujer en la Universidad de Edimburgo y como científico visitante en el laboratorio de John O’Keefe en Londres. En 1996 se trasladó igualmente a la universidad de Trondheim, de la que fue nombrado profesor en 1998. Actualmente es director del Instituto Kavli para los Sistemas de Neurociencia en Trondheim.

De psiquiatria.com

lunes, 6 de octubre de 2014

de cómo afectan las películas a nuestro cerebro

¿Cómo funciona nuestro cerebro cuando vemos una película? Un pionero estudio comandado por el psicólogo de Princeton Uri Hasson ha intentado responder a esta pregunta para ir más allá de la evidencia. No es lo mismo ver un drama que una comedia.
En un evento organizado recientemente por laAcademia de las Artes Cinematográficas y Ciencias de Hollywood, Hasson presentó su investigación sobre lo que sucede dentro de los cerebros de las personas cuando ven películas. Su obra atiende a las reacciones ante producciones muy distintas, desde películas de Jon Favreau (Iron Man, El chef) a Darren Aronofsky (Pi, El Luchador, Cisne Negro).
Procesos mentales sincronizados


Esta es una de las primeras conclusiones que deja el estudio que señala que si un gran grupo de personas están viendo la película en la misma sala, por muy variopinto que sea el público, sus cerebros tendrán las mismas reacciones ante lo que están viendo.

Por ejemplo, si un grupo está viendo el clásico western El bueno, el feo y el malo (Sergio Leone), todos experimentarán el mismo aumento y la misma reducción de actividad en su córtex visual y auditiva primaria. Es más, todos tenderán a parpadear al mismo tiempo en la manifestación externa de esta notable sincronización cerebral.
Pero no todas las películas tienen el mismo poder para sincronizar las mentes. Las películas fuertemente estructuradas que utilizan una gran cantidad de mecanismos cinematográficos -muchos cortes, diferentes planos y ángulos de cámara o los tiros cuidadosamente compuestos diseñados para captar la atención del público- lo hacen en mayor medida que las películas menos estructuradas.
Así, mientras en una escena de tensión, como el atraco de un banco en Tarde de Perros (Sidney Lumet) se observó una correlación significativa de la actividad de los espectadores a través de casi 70 por ciento de su corteza.
Por contra, un episodio humorístico de El show de Larry David hace que nuestro cerebro trabaje mucho menos, estamos relajados ante la pantalla y por tanto, menos sincronizados con el resto de los espectadores. En este caso el grado sincronización cerebral se reduce al 20 por ciento. Y si lo que está viendo el grupo de espectadores es un concierto de una orquesta en un parque... el grado de sincronización baja hasta el 5 por ciento.
Aronofsky: "Da miedo"


La presentación del estudio, que tuvo lugar en la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (Beverly Hills, California) contó con con la presencia de Aronofsky y Favreau, que ofrecieron sus conclusiones a los asistentes.

Ambos se mostraron preocupados por la manera en que las productoras podrían usar esto para controlar a sus audiencias: "El truco a la hora de hacer una película es tan simple como entrar en esas partes del cerebro humano que mantienen entretenido al espectador", explicaba Favreau quien, aunque reconoce esto, cree que los directores, afortunadamente, no buscan solo transmitir de esa manera tan fría.
Por su parte, Aronofsky -cuya escena final del Cisne Negro logró un 70% de sincronización entre el público- fue directo al grano: "Da miedo, pronto harán pruebas con gente viendo películas dentro de máquinas de resonancia magnética", un declaración que hizo gracia al público, pero que no era ninguna broma según delató la expresión del director... ¿Un arma para atraer a las masas, u otro mito como el de la dudosa publicidad subliminal?


de lne.es