Mark Twain
escribió en 1865 una serie de irreverentes consejos para niñas, publicados dos
años más tarde, el tono de sus consejos supuso una nota discordante en la
época. “Por entonces la literatura
infantil estadounidense era fundamentalmente didáctica y se dirigía a un lector
imaginario: un niño o niña ideales que inmediatamente después de leer el cuento
incorporarían a sus héroes como modelos de conducta. Twain no se contuvo para
que lo leyesen y lo comprendiesen los niños, sino que les pidió que se
esforzasen para absorber el lenguaje y el humor de los adultos”.
Los Consejos para niñas pequeñas de Mark
Twain están
llenos de invitaciones a las niñas pequeñas a pensar por sí mismas, dejando a
un lado las expectativas de sus mayores de un modo inteligente y pícaro. Lo que
Twain quiere es ignorar las restricciones impuestas por la sociedad, o más bien
ayudarnos a ignorarlas y a pensar de manera independiente en lugar de obedecer ciegamente las
normas y costumbres sociales.
Con
aparente simplicidad, Consejos
para niñas pequeñas bucea en las profundidades de la
condición humana y sorprende por su combinación de irreverencia y ternura.
En próximos posts os dejaremos con este peculiar manual de autoayuda, eso si, cuidado porque puede que funcione…
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