En el retrato intelectual de Thoreau se aprecian las influencias tanto de su maestro Emerson como de
Diógenes el Cínico o, muy en particular, del pensamiento budista e hinduista.
En esencia, Thoreau se nos aparece como un individuo refractario a la hipertrofia
de la vida urbana («millones de seres viviendo juntos en soledad») y al modelo
económico, basado en la ambición, que ve a su alrededor y que convierte al
hombre en máquina y esclavo de sí mismo. Este rechazo le lleva a postular el
crecimiento por la renuncia («el hombre es rico por la cantidad de cosas de las
que puede prescindir») y la simplificación («nuestra vida siempre es malgastada
por el detalle»).
de lne.es
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