Walden (1854) es el relato de
los dos años pasados por Thoreau en la cabaña que él mismo construyó en un
bosque próximo a su residencia familiar de Concord (Massachusetts). Obra de
capital importancia para la naciente literatura norteamericana, Walden es mucho
más que un seductor relato de incidencias. En sus páginas, desde el riquísimo
capítulo introductorio titulado «Economía», cobran cuerpo, animadamente
entreveradas, las tres grandes líneas que articulan su pensamiento: la defensa
del individuo y de la naturaleza, la crítica social y la crítica política.
Pero, por encima de todo, Walden es un canto a la vida buena, a la sabiduría de
los indios, a la búsqueda de la felicidad por el despojamiento y, en suma, una
indagación sobre el crecimiento individual al margen de los ídolos del trabajo,
la ambición, el dinero y el mercado. Toda una llamada de atención y un bote
salvavidas para insatisfechos.
de lne.es
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