lunes, 28 de agosto de 2017

cuando heredas un trauma

Los gusanos tienen marcados en sus genes los traumas de sus tatarabuelos

Un experimento con gusanos 'C. elegans' muestra que la reacción de estrés cuando se les expone al calor cambia la expresión genética
La teoría genética clásica diría que un padre no puede transmitirle los efectos de sus hábitos a sus hijos. Sin embargo, estudios recientes han mostrado que puede pasar. Un estudio de la Universidad de Copenhague y el Instituto Karolinska de Estocolmo, publicado en 2015, mostraba que los espermatozoides de hombres gordos y delgados salían con los genes marcados de manera diferente. Esto condicionaba la propensión a la obesidad de los hijos.
Un ejemplo clásico de estos cambios es el observado entre los descendientes de las mujeres holandesas embarazadas durante el invierno de 1944. Aquel año, cuando la Segunda Guerra Mundial estaba a punto de acabarse, Holanda sufrió el invierno del hambre, que mató a 20.000 personas y afectó a cuatro millones más. Estudios epidemiológicos posteriores han mostrado que los hijos y nietos de aquellas mujeres seguían hoy afectados por trastornos alimentarios, diabetes y enfermedad coronaria.
Aunque ya se ha visto que estos cambios son posibles, para comprenderlos bien es necesario utilizar organismos más simples y manipulables. Es lo que ha hecho un equipo de investigadores de varias instituciones catalanas que ha publicado sus resultados en la revista Science.
Utilizando gusanos de la especie C. elegans, interesantes porque producen una nueva generación cada dos o tres días, les insertaron un chip transgénico, una cadena de copias de un gen que produce una proteína fluorescente. Así, pudieron medir la actividad de un gen relacionado con el estrés.
Cuando los gusanos estaban a 20 grados, el chip emitía una pequeña fluorescencia. Sin embargo, cuando se incrementaba la temperatura del hábitat de los animales hasta los 25 grados, algo que les resulta desagradable, la cantidad de proteína fluorescente producida aumentaba. Después, aunque volviesen a bajar la temperatura hasta los 20 grados, la actividad del chip transgénico se mantenía. Lo más sorprendente fue que esta especie de memoria del período cálido no solo se guardaba en la memoria de los individuos que lo habían sufrido. Aunque los hijos y los nietos de estos gusanos solo hubiesen vivido a los agradables 20 grados, seguían mostrando la fluorescencia que señalaba la reacción biológica de sus padres y abuelos al calor. El efecto duraba hasta siete generaciones y, si se sometía a cinco generaciones a los 25 grados, la fluorescencia se mantenía hasta 14 generaciones.
Ben Lehner, investigador del Centro de Regulación Genómica y uno de los autores del estudio, comenta que una de las explicaciones para este fenómeno puede deberse a que “como las generaciones de estos gusanos son tan cortas y el entorno puede cambiar más despacio, como las estaciones, esta adaptación les es útil”. “Estos mecanismos no pasan a la línea germinal, pero algo que te pasa al principio de tu vida puede mantener sus efectos muchos años después”, añade. Aunque en principio la mayor parte de esa información acumulada se pierde cuando hay una nueva fecundación, una parte puede pasar y este tipo de investigaciones pueden servir para comprender cuáles

de elpais.com

lunes, 21 de agosto de 2017

de porqué no puedes mentir sólo una vez

Mentir lleva a nuestro cerebro por una “pendiente resbaladiza” hacia más faltas de honestidad

Decir mentiras pequeñas desensibiliza nuestro cerebro a las emociones negativas asociadas y nos puede animar a decir mentiras más grandes en el futuro, según revela una nueva investigación de ‘University College London’ (UCL), en Reino Unido, financiada por Wellcome y el Centro Avanzado de Retrospección.
La investigación, cuyos detalles se revelan en un artículo publicado en la revista ‘Nature Neuroscience’, proporciona la primera evidencia empírica de que las mentiras egoístas aumentan gradualmente y cómo esto ocurre en nuestro cerebro. El equipo escaneó los cerebros de los voluntarios mientras participaban en tareas en las que podían mentir para obtener beneficios personales.
Los investigadores hallaron que la amígdala, una parte del cerebro asociada con la emoción, estaba más activa cuando las personas mintieron para obtener beneficios personales. La respuesta de la amígdala a la mentira disminuyó con cada mentira mientras que la magnitud de las mentiras se intensificaba. Fundamentalmente, los autores vieron que caídas más grandes en la actividad de la amígdala predijeron grandes mentiras en el futuro.
“Cuando mentimos para obtener beneficios personales, nuestra amígdala produce una sensación negativa que limita el grado en que estamos dispuestos a mentir”, explica el autor principal, Tali Sharot, profesora de Psicología Experimental en UCL. “Sin embargo, esta respuesta se desvanece a medida que continuamos mintiendo y cuanto más cae, más grande es nuestra mentira. Esto puede conducir a una ‘pendiente resbaladiza’, donde los pequeños actos de deshonestidad se conviertan en mentiras más significativas”, añade.
En el estudio participaron 80 voluntarios que realizaron una tarea de estimación que implicó adivinar el número de monedas en un frasco y enviar sus estimaciones a compañeros a los que no veían mediante el uso de un ordenador.
Esto se llevó a cabo en varios escenarios diferentes: en el escenario base, se les dijo a los participantes que la estimación más precisa les beneficiaría a ellos y a su compañero, mientras en otros escenarios, la sobre o sub-estimación de la cantidad les beneficiaría a expensas de su pareja, beneficiaría a ambos, beneficiaría a su pareja a sus propias expensas, o sólo beneficiaría a uno de ellos, sin efecto sobre el otro.
Cuando la cantidad sobre-estimada beneficiaba a los voluntarios a expensas de su pareja, los participantes empezaron a exagerar ligeramente sus estimaciones, lo que provocó una fuerte respuesta de la amígdala. Sus exageraciones se intensificaron a medida que el experimento continuó mientras que sus respuestas de la amígdala se redujeron.
“Es probable que la respuesta del cerebro a repetidos actos de deshonestidad refleja una respuesta emocional reducida a estos actos”, dice el autor principal, Neil Garrett, profesor de Psicología Experimental en UCL.
“Esto está en línea con las sugerencias de que nuestra amígdala señala aversión a los actos que consideramos malos o inmorales. Sólo evaluamos la falta de honradez en este experimento, pero el mismo principio también puede aplicarse a la progresividad en otras acciones como la toma de riesgos o el comportamiento violento”, concluye.

de psiquiatria.com

lunes, 14 de agosto de 2017

la culpa es de tu hermano

Los comportamientos problemáticos se propagan en los hermanos

Los hermanos son responsables de la propagación de conductas problemáticas, de forma que los adolescentes con un hermano o una hermana delincuente son más propensos a abusar del alcohol y otras sustancias que aquellos sin un hermano delincuente, según concluye un nuevo estudio.
Identificar la naturaleza exacta de esa influencia ha resultado difícil porque los problemas de comportamiento en los hermanos también pueden ser vestigios de los amigos, la genética compartida y las experiencias compartidas con los padres. Las pruebas que describen cómo se propagan los comportamientos problemáticos entre hermanos han sido escasas hasta ahora.
Investigadores de la ‘Florida Atlantic University’, Estados Unidos, y un consorcio de universidades de Quebec, Canadá, realizaron un estudio longitudinal de gemelos idénticos y fraternos para identificar el grado en que los hermanos contribuyen al aumento del comportamiento delincuente y el abuso del alcohol.
Los resultados del trabajo, publicado en la revista ‘Developmental Psychology’, encontraron que los hermanos desempeñan un papel clave en la escalada de comportamientos problemáticos a lo largo del tiempo, por encima de las contribuciones de los genes, los amigos y los padres. Los hallazgos ofrecen pistas importantes sobre por qué la delincuencia exacerba el crecimiento del abuso de sustancias en adolescentes.
Los participantes fueron extraídos del ‘Quebec Newborn Twin Study’, un estudio longitudinal en curso sobre gemelos nacidos entre 1995 y 1998 en el área metropolitana de Montreal. Los datos para este análisis se recogieron a las edades de 13 años, 14 y 15 grados.
Al examinar la propagación de los problemas entre gemelos, los investigadores consiguieron descartar explicaciones alternativas para el aumento del uso indebido de alcohol, como el modelo de los padres y una susceptibilidad heredada al abuso del alcohol que puede surgir con la pubertad.
“La hipótesis que estábamos probando es que de alguna manera un mal comportamiento por parte de un hermano –la” manzana podrida”– se extiende no sólo entre hermanos, sino también a través de los dominios, de modo que la delincuencia de un hermano parece estropear todo lo que el otro hermano hace, elevando los problemas en una serie de otras áreas. En otras palabras, cuanto más delincuente es un hermano mayor número de diferentes problemas tiene el otro hermano”, relata el autor principal Brett Laursen, profesor y coordinador de estudios de posgrado en el Departamento de Psicología de la Universidad de Florida.
“Esto resulta que no es el caso, sino que encontramos que los problemas se propagan entre hermanos dentro de los dominios de comportamiento problemático: la delincuencia de un hermano afecta a la delincuencia del otro hermano. Entonces, una vez que el adolescente se encuentra en el camino de mayor delincuencia, los comportamientos problemáticos se intensifican y se propagan por su cuenta en dominios como el consumo de alcohol”, explica.
Así, las conductas problemáticas se propagan indirectamente entre los hermanos a través de un proceso de dos pasos; primero, un problema es compartido entre gemelos dentro de un dominio de comportamiento, y segundo, dentro de cada gemelo el problema crece y se propaga a través de diferentes dominios de comportamiento.
La influencia de los hermanos gemelos es un factor de riesgo para el consumo ilícito de sustancias, ya que el uso de sustancias por un gemelo predice el consumo de éstas por el otro gemelo, pero también porque la delincuencia en un gemelo predice la delincuencia en el otro gemelo.
“Debido a que los comportamientos problemáticos se propagan indirectamente entre hermanos, el mensaje principal de este estudio es que los programas de intervención deben estar dirigidos a comportamientos problemáticos específicos y no a la relación misma -plantea Laursen–. Es insuficiente y poco práctico tratar de mantener separados a los hermanos, consejos que a menudo damos cuando tratamos de separar a los adolescentes de sus amigos problemáticos”.

Estos hallazgos confirman que el parecido entre hermanos en los comportamientos problemáticos no puede explicarse completamente por la genética o los entornos compartidos. “A pesar de que los padres son a menudo el objetivo de la intervención, los practicantes deberían concentrar sus esfuerzos en los hermanos, que son más influyentes que los padres cuando se trata de abuso de sustancias y delincuencia, y cuya influencia rivaliza con la de los amigos”, concluye Laursen.

de psiquiatria.com

lunes, 7 de agosto de 2017

si vas a pensar, mueve tus manos

Un estudio ha demostrado que pensar mientras usamos las manos ayuda a encontrar soluciones

Una investigación realizada por Gaëlle Vallée-Tourangeau y Frédéric Vallée-Tourangeau, expertos en psicología cognitiva de la Universidad de Kingston (Londres), cuestiona la idea tradicional de que el pensamiento tiene lugar estrictamente en la cabeza; y ha demostrado que nuestra toma de decisiones está fuertemente influenciada por el mundo que nos rodea.
Sus hallazgos podrían ayudar a las empresas a encontrar nuevas maneras de mejorar la productividad e incluso podrían mejorar las oportunidades de algunas personas de conseguir un trabajo.
“Cuando escribes o dibujas, esas acciones te hacen pensar de manera diferente”, afirma Gaëlle Vallée-Tourangeau. “En psicología cognitiva, se entrena para ver la mente como una computadora, pero hemos descubierto que la gente no piensa de esa manera en el mundo real: Si les das algo para interactuar, piensan de una manera distinta”.
En la investigación, publicada en la revista Acta Psychologica, se invitó a 50 participantes a tratar de resolver el siguiente problema: cómo colocar 17 animales en cuatro corrales, de tal manera que hubiera un número impar de animales en cada uno.
Los participantes fueron divididos en dos grupos. Uno de ellos podía construir modelos físicos con las manos y el segundo grupo debía hacer sus cálculos usando una tableta electrónica y un lápiz óptico para esbozar una respuesta. 
Se constató así que los voluntarios que construyeron modelos físicos con las manos fueron mucho más propensos a encontrar la solución que los que usaron la tableta.
Este hecho demuestra, según los investigadores, que para la resolución de algunos tipos de problemas –e independientemente de la capacidad cognitiva de cada individuo- poder interactuar físicamente con herramientas ayuda. 

Por el contrario, otros métodos pueden garantizar la incapacidad para resolver dichos problemas, lo que apunta a que la interacción con el mundo puede realmente beneficiar el rendimiento de las personas.

de psiquiatria.com