Olvidar es necesario para guardar los recuerdos relevantes
Un estudio
identifica el proceso por el que el cerebro elige lo que va a recordar y
elimina las memorias que pueden dificultar su recuperación
El escritor Ray Loriga decía en Tokio
ya no nos quiere algo
que los científicos llevan tiempo advirtiendo: “La memoria es el perro más
tonto, le tiras un palo y te devuelve cualquier cosa”. Para desilusión de
muchos, numerosos estudios han mostrado que nuestras memorias están manipuladas y que es
posible incluso que los momentos más emotivos de nuestra vida, como el
nacimiento de un hijo o el encuentro con un gran amor, no sucedieran como los
recordamos. El cerebro no funciona como una grabadora fidedigna de los hechos.
Como el perro tonto o caprichoso, recupera lo que quiere y, aparentemente, no
lo que se le pide.
En los últimos años, en su esfuerzo por
comprender los mecanismos de la memoria, la neurociencia ha
descubierto algo que puede
resultar sorprendente: en el camino hasta el lugar donde podemos recuperarlos,
"los recuerdos provocan el olvido". La memoria funciona por
asociación y cuando se trata de recuperar un recuerdo es posible que nuestro
cerebro tenga que elegir entre varias memorias relacionadas que compiten entre
ellas. Si uno intenta recordar un partido de fútbol, por ejemplo, habrá otros
partidos que el cerebro deberá descartar para llegar a la información deseada.
Algo similar sucede con las contraseñas de algunos bancos, que, por razones de
seguridad, se tienen que cambiar cada pocos meses. Aunque inicialmente solo se
ha de recordar una contraseña, poco a poco se solapan las viejas con las
nuevas. Esto hace que en un principio, como si fuese un ordenador atestado de
datos que tiene que trillar, el cerebro necesite gastar mucha energía para
elegir la memoria adecuada. Sin embargo, una vez que se seleccionan las
memorias relevantes y se suprimen las que no lo son, los recursos necesarios
para volver a recuperar una memoria son mucho menores.
de elpais.com