viernes, 28 de marzo de 2014

aquellos más lentos serán los más experimentados

La lentitud cerebral al cumplir años se relaciona con la experiencia acumulada más que por el deterioro cognitivo.


La creencia general de que las capacidades cognitivas disminuyen con la edad se ha ido al traste con las conclusiones de un estudio publicado en ‘Topics in Cognitive Science’ donde se ha descubierto que la mayoría de aspectos cognitivos estándares presentan fallos, que sin embargo se confunden con una disminución de dicha capacidad.


Así lo indican científicos de la Universidad de Tübingen (Alemania) que aseguran que los cerebros más viejos funcionan más lentamente porque tienen que procesar todas las informaciones acumuladas a lo largo de la vida, y no por un deterioro o una disminución de la capacidad cognitiva asociada a la edad como se pensaba.


En el trabajo, dirigido por el investigador Michael Ramscar, se utilizaron ordenadores programados para actuar como si fueran seres humanos que leen cada día un volumen de determinado de información para ir aprendiendo nuevas cosas. Cuando los investigadores dejaron al ordenador “leer” una cantidad limitada, su rendimiento en las pruebas cognitivas era similar al de un adulto joven.


Sin embargo, si el mismo equipo se exponía a una mayor cantidad de datos, simulando lo que sucede en una vida llena de experiencias, el rendimiento parecía el de un adulto mayor.


En estos casos, el procesado de la información solía ser más lento, pero no porque su capacidad disminuyera, sino porque el aumento de la “experiencia” había provocado que la base de datos de la computadora sea mayor y, por tanto, al tener más datos que procesar, le lleva más tiempo.


“La tecnología ha permitido ahora a los investigadores hacer una estimación cuantitativa del número de palabras que un adulto puede esperar aprender durante toda su vida”, según ha destacado.


de psiquiatria.com

jueves, 20 de marzo de 2014

Matará la ciencia la espontaneidad en el baile?

La ciencia desvela qué pasos de baile conquistan a una chica.

Ni Tony Manero ni Justin Timberlake ni Pharrell cantando a Meryl Streep. La ciencia ha desvelado qué pasos son los que más funcionan para captar la atención de las féminas. Atención chicos, todo es cuestión de concentrarse y coordinarse con movimientos rápidos el hombro derecho y la rodilla derecha.  O, al menos, así lo defiende la Universidad de Northumbria. Una investigación suya grabó y modeló después en 3D a 19 chicos entre 18 y 35 años demostrando cómo bailaban. Sus movimientos se trasladaban después a avatares que se enseñaron a 35 mujeres heterosexuales para que puntuasen sus movimientos del 1 al 10.
Las participantes indicaron que los mejores bailarines eran los que hacían movimientos marcados con el cuello y el tronco, la muñeca y el hombro izquierdo, y movimientos rápidos con la rodilla derecha.

El director de la investigación, el Dr. Nick Neave, explicó que gracias a su estudio muchos podrán respirar aliviados. “Los hombres de todo el mundo estarán interesados en saber qué movimientos pueden hacer para atraer a las mujeres. Ahora sabemos qué área del cuerpo es en la que ellas se fijan cuando valoran el atractivo de un hombre bailando. Si un hombre sabe cuáles son los movimientos clave, él podrá entrenar y probar sus posibilidades para atraer a las mujeres con su estilo de baile”.
Los pasos que más bajón dieron a las participantes fueron: mover exageradamente los brazos y bailar con los brazos pegados y sin apenas mover las piernas.
Vaya, ser espontáneo ya no funciona. O así lo piensa la ciencia

de el pais.com

martes, 18 de marzo de 2014

No tengas miedo, son los circuitos

Dos circuitos cerebrales implicados en la memoria colaboran para unir recuerdos y provocar temor Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts han descubierto como dos circuitos del cerebro implicados en la memoria colaboran para unir recuerdos de sucesos que han ocurrido muy próximos en el tiempo. Se trata de una habilidad crítica que ayuda al cerebro a distinguir cuándo tiene que poner en marcha una respuesta de defensa frente a una potencial amenaza, como explica Susumu Tonegawa, que ha dirigido la investigación publicada en la revista Science. 

 Esos recuerdos forman parte de nuestra memoria episódica y siempre contienen tres elementos: qué, cómo y cuando. Y el encargado de coordinarlos es el hipocampo. Lo logra con la ayuda de otra estructura próxima, denominada corteza entorrinal, que recibe la información sensorial (sonidos, imágenes) de otras áreas del cerebro. Se conoce bastante bien cómo el cerebro logra establecer una relación entre lugares (dónde) y sucesos (qué). Unas células especializadas del hipocampo, llamadas neuronas de lugar, excitan cuando estamos en el lugar donde nos ocurrió algo. 

Ese algo puede ser negativo o positivo, porque también podemos asociar lugares a experiencias placenteras y reaccionar en consonancia. Pero se conoce menos sobre el proceso que nos permite unir dos sucesos en el tiempo .Y ahí es donde profundiza el nuevo trabajo de Tonegawa publicado en Science. En un trabajo previo había identificado en el cerebro de roedores un circuito indispensable para que un sonido pudiera asociarse con una descarga eléctrica que podía ocurrir en un intervalo inferior a 20 segundos. Este circuito conecta una de las tres capas de células de la corteza entorrinal (la tercera) con una región del hipocampo denominada CA1.

La corteza entorrinal es la que recibe los estímulos sonoros y visuales. Cuando este circuito falla, no se pueden establecer relaciones temporales entre dos sucesos. Ahora han descubierto en la capa media de la corteza entorrinal (capa 2) un tipo de células que han denominado “neuronas islas”, porque se agrupan formando círculos. Estas “islas” también están en conexión con la capa CA1 del hipocampo y crean otro circuito diferente que determina esa ventana temporal, de 20 segundos en el caso de los ratones, en los se puede aprender a tener miedo uniendo dos experiencias independientes, pero seguidas en el tiempo.

Para los animales, y también para los humanos, estas rutas cerebrales que permiten asociar memorias son importantes. Y el equilibrio entre ambas es crucial para encontrar un punto medio entre quedarnos paralizados por el miedo o ir por la vida completamente despreocupados de las situaciones amenazantes.

de psiquiatria.com

sábado, 8 de marzo de 2014

felicidades a nuestras heroínas, las superhermanas

"La forma más común de que las personas renuncien a su poder es pensar que no tienen ninguno", Alice Walker.

 





Así que este 8 de marzo gracias a todas aquellas que sí se dieron cuenta de que lo tenían.

lunes, 3 de marzo de 2014

una máquina para ser otro

Un grupo de investigadores afincados en Barcelona desarrolla una 'máquina para ser otro", una herramienta, basada en los principios de la realidad virtual, que permite experimentar vivencias ajenas y “entrar” en el cuerpo de otra persona.


Danzar con los pies de una bailarina, aun estando en una silla de ruedas; compartir el relato de vida de un inmigrante senegalés que llegó en patera; o saber qué se siente al tener un cuerpo del sexo opuesto… Y todo, sencillamente, poniéndose unas gafas de visión virtual, y gracias a un software desarrollado por BeAnotherLab, un colectivo de investigadores afincados en Barcelona, que desde 2012 trabaja en el proyecto de la “Maquina para ser otro”. “Nació como una herramienta para promover el debate y el dialogo social y ahora estamos adaptándola como un instrumento para experimentos de neurociencia, para crear y medir la empatía social”, relata desde Barcelona, Philippe Bertrand, experto en comunicación y artes digitales, y uno de los cuatro componentes de BeAnotherLab.
Se trata, explican sus creadores, de un proyecto “de bajo coste”, basado en herramientas de desarrollo open source e inspirado en estudios sobre embodiment, empatizar con el otro compartiendo sus experiencias corporales, de instituciones como el Group Ehrsson del Karolinska Institutet de Estocolmo, y de Event Lab, el Laboratorio de Ambientes Virtuales de la Universidad de Barcelona. Una apuesta que, hasta ahora, ha producido tres experimentos de “intercambios de cuerpos”. En dos de ellos hay dos actores que guían a los usuarios en una experiencia basada en una especie de guion narrativo que permite sumergirse en la identidad del otro. “Es el protocolo de interacción que usamos porque para generar la ilusión, la sensación de estar en la piel de otro, en el cerebro hay que combinar estímulos visuales, táctiles y motores”, explica Bertrand.
Los creadores del proyecto han recibido ya varias propuestas de colaboración para nuevas aplicaciones de su “máquina para ser otro”. Entre ellas, su uso para la rehabilitación de personas que hayan sufrido un ictus y para el diagnóstico de la anorexia en niños. Pero el reto es, ahora, encontrar financiación. “De hecho –cuenta Bertrand– tuvimos que parar un tiempo porque todos necesitábamos trabajar y ahorrar dinero. Y los cuatro estamos en este momento de gira para recaudar apoyos”.

de elpais.com