Científicos de la Universidad de Oxford (Reino Unido) han detectado que los humoristas tienen muchos rasgos asociados a una personalidad psicótica, lo que podría explicar su secreto para saber hacer reír a la gente, según los resultados publicados en el ‘British Journal of Psychiatry‘.
En su estudio analizaron a varios cómicos de Australia, Gran Bretaña y Estados Unidos y encontraron que estos obtenían puntuaciones significativamente más altas en cuatro características psicóticas cuando fueron comparados con un grupo control con personas que no tenían trabajos creativos. Entre estos rasgos destacaban un comportamiento impulsivo o antisocial, y una mayor tendencia a evitar la intimidad.
“Los elementos creativos necesarios para producir humor son sorprendentemente similares a los que caracterizan el estilo cognitivo de las personas con esquizofrenia o trastorno bipolar”, ha asegurado Gordon Claridge, científico del departamento de Psicología Experimental de Oxford que dirigió la investigación.
Aunque los rasgos en cuestión se pueden catalogar como “psicóticos”, aclara Carlidge, también pueden considerarse otras características sanas tales como los cambios de humor o una introversión social.
“Aunque la psicosis esquizofrénica puede ser perjudicial para el humor, en su forma más leve puede aumentar la capacidad de las personas de asociar ideas raras o inusuales, mientras que el pensamiento maniaco –que es común en personas con trastorno bipolar– puede ayudar a estas personas a buscar conexiones originales o chistosas”, ha destacado.
En concreto, los investigadores reclutaron a 523 humoristas –404 hombres y 119 mujeres– y les pidieron que completaran un cuestionario diseñado para medir los rasgos psicóticos en personas sanas.
Así, buscaban analizar “experiencias inusuales”, para medir su creencia en la telepatía y sucesos paranormales; “desorganización cognitiva”, para ver su dificultad para ajustar pensamientos; “anhedonia introvertida”, para analizar su disminución de la capacidad para sentir placer físico y social, y la “disconformidad impulsiva”, para medir su tendencia a una conducta antisocial impulsiva.
El mismo cuestionario también fue completado por 364 actores y ambos grupos fueron comparados con otro de 831 personas que no tenían ningún trabajo creativo.
de psiquiatria.com
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