de pictoline
jueves, 27 de diciembre de 2018
lunes, 24 de diciembre de 2018
lunes, 17 de diciembre de 2018
nadie es normal
Todos somos raros: científicos de Yale confirman que la persona normal solo existe en la estadística
El sujeto promedio sirve para identificar las características más frecuentes, pero no es de carne y hueso.
Si eres adicto al ajedrez y te apasiona la teoría de cuerdas, esa que dice que el espacio-tiempo tiene hasta once dimensiones; si vives permanentemente enganchado al ordenador, es más fácil encontrarte en Internet que en ningún otro lugar; si no haces lo mismo que los demás, es posible que te hayas sentido un bicho raro alguna vez. O que alguien te haya hecho sentir así. Sin embargo, por mucho que haya quien te identifique con las ratas de biblioteca o quien te defina como nerd, geek, friki u adjetivos que se podrían aplicar a los personajes de la serie Big Bang Theory, no tienes nada de raro. Todos tenemos rasgos que nos hacen diferentes. Es más, según un nuevo estudio de la Universidad de Yale(EE UU), nadie es normal.
La idea de la normalidad, señala Francisco Estupiñá, profesor de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, es relevante en el sentido estadístico para los manuales diagnósticos del ámbito de la salud mental como el DSM, la Biblia de la Asociación Americana de Psiquiatría: "Lo normal, estadísticamente hablando, es lo frecuente". Por ejemplo, entre ser diestro o zurdo, lo habitual es lo primero (como contamos en BuenaVida, solo entre un 10% y un 17% de la población es zurda). La cuestión, continúa este experto, "está en el uso de este concepto en el lenguaje común".
El apelativo "normal" suele dar problemas debido a ser producto de la mezcla de dos sentidos distintos, el científico y el común, indica Cristian Saborido, profesor del departamento de Lógica, Historia y Filosofía de la Ciencia de la UNED, quien explica que "el segundo tiene que ver con los ideales que tenemos sobre lo perfecto".
Distintas ideas de normalidad
En el ámbito del pensamiento, y en la filosofía de la medicina en concreto, esa doble acepción del término se traduce en un debate entre dos perspectivas: la naturalista y la constructivista. "La primera dice que permite distinguir objetivamente los estados sanos de los enfermos y lo ideal frente a lo patológico. La segunda critica esta visión, al defender que la salud y la enfermedad son conceptos plagados de valores que somos incapaces de entender de forma objetiva y que dependen del contexto sociocultural", explica Saborido.
Esta segunda visión, desde el lado de la psiquiatría, es la que defiende El mito de la optimalidad en la neurociencia clínica, un artículo de los investigadores Avram J. Holmes y Lauren M. Patrick, del departamento de psicología de la Universidad de Yale (Estados EE UU) publicado en la revista Cell. Aunque lo que dicen no es nuevo: "En filosofía se lleva diciendo desde comienzos del siglo XX", asegura Saborido, quien recuerda como los filósofos franceses Michel Foucault y Georges Canguilhem criticaban la idea de normalidad en medicina y en psiquiatría.
La psiquiatría se basa en la mezcla de lo ideal y lo estadístico para establecer, a partir de un conjunto de población, lo que debe ser el comportamiento estándar y considerar patológico todo lo que se le aleje de él. "El objetivo de la psiquiatría sería llevar a la gente a la normalidad estadística porque se entiende que se corresponde con la normalidad ideal", indica este profesor de Filosofía.
¿Existe un comportamiento óptimo?
El artículo también cuestiona la historia de nuestra especie. Los autores, subraya Saborido, critican la concepción que asume la evolución como un camino unidireccional que nos ha llevado a (y para) lo óptimo. "La evolución no nos ha llevado a tener un único patrón de comportamiento, sino una enorme cantidad de ellos", señala este profesor. Más que lo óptimo, el motor que nos mueve como especie es lo diverso.
"Lo óptimo es un mito. Evolutivamente, somos capaces de desarrollar comportamientos distintos, porque vivimos y nos enfrentamos a contextos muy diferentes. Si solo tuviéramos una forma de actuar, seríamos un desastre", sostiene Saborido. Por tanto, es un error, dicen los autores del estudio, que un neuropsiquiatra, neurólogo o psicólogo analice los comportamientos de forma aislada.
"No se trata de pensar que la gente tiene que comportarse de cierta manera en todos los casos. El humano vive en entornos cambiantes, las amenazas y las oportunidades surgen y desaparecen, y el cerebro debe adaptarse a todo eso. Hay que observar el comportamiento en su contexto", continúa este experto.Solo se puede hablar de comportamientos óptimos dentro de unas circunstancias, pero como término global no sirve, comparte Carmen Agustín, bióloga, doctora en Neurociencias y profesora del Departamento de Biología Celular, Biología Funcional y Antropología Física de la Universitat de Valencia.
El problema de no sentirse normal
La optimalidad está vinculada a la búsqueda de la superación, recuerda Estupiñá: "Se relaciona con el perfeccionismo, hasta que el esfuerzo deja de ser eficiente. Es como la caricatura de las numerosas cosas que hay que hacer para ser saludable pero no hay horas en el día para cumplir todo lo que es sinónimo de salud", compara.
Sentirse fuera de lo común a muchas personas mueve a visitar la consulta del psicólogo. Muy pocas recurren a la afirmación "yo no soy normal". La mayoría prefiere expresarlo sobre sus experiencias: "Doctor, lo que me pasa no es normal". Es decir, las viven como algo inconfesable o reprobable. "Lo que esperan es que los psicólogos den una cierta garantía de que lo que les pasa es conocido y tratable. Y la respuesta debe transmitir que no deben avergonzarse e intentar exponerles soluciones", explica este psicólogo.
Para valorar como patológico un problema de conducta, hay que hacer dos preguntas fundamentales, continúa Estupiñá: ¿La persona sufre por lo que le pasa? ¿Le hace más difícil participar de su vida social, laboral, familiar? "La interferencia con el ser subjetivo y con las circunstancias objetivas es más importante que las etiquetas complejas. Cuando el problema no trastoca la vida cotidiana es difícil considerarlo trastorno, pero si lo hace, entonces hay que abordarlo", sostiene Estupiñá.
Entonces, ¿se puede afirmar que nadie es normal?
Queda claro que estadísticamente es complicado de decir, porque las personas tendemos a parecernos y solemos establecer perfiles o categorías para las distintas conductas. Pero otra cosa es la existencia de la normalidad.
"El individuo promedio es una caricatura, no existe, es una mera construcción estadística. Aunque muchas veces nos acercamos a la estadística de forma muy ingenua, sin compresión técnica. Si decimos que los españoles comen de media medio pollo, eso significa que hay españoles que no comen pollo y otros que comen uno entero. Esto pasa en ámbitos sensibles como la sexualidad. En los estudios epidemiológicos, la vida sexual se dibuja como un promedio, pero otros estudios que se centran en el comportamiento a través de lo que la gente busca en Internet no tienen nada que ver con ese estereotipo resultante de hacer encuesta a la gente sobre cómo se ve", concluye Estupiñá.
de elpais.com
domingo, 25 de noviembre de 2018
lunes, 19 de noviembre de 2018
esto es lo que pasa si lloras una vez a la semana
Llorar una vez a la semana libera el estrés, según un investigador japonés.
¿Cuál es el secreto de una vida libre de tensión? Pues, según un académico japonés, no es otro que dejar caer una o varias lágrimas a la semana. Así, explica, se libera el estrés.Es por eso que, según el medio Japan Times, cada vez son más los colegios y las compañías que están animando a la gente a llorar.
"Llorar es un acto de defensa propia contra la acumulación de estrés", explica Junko Umihara, profesor de la Nippon Medical School, a Japan Times.
Durante cinco años, el profesor de instituto Hidefumi Yoshida -que según este medio se llama a sí mismo namida sensei (profesor de lágrimas)- ha organziado actividades y ponencias para colegios y compañías de todo el país nipón para ayudar a la gente a conocer los beneficios de llorar.
"El acto de llorar es más efectivo para reducir el estrés que reír o dormir", asegura. Yoshida explica que escuchar música emotiva, ver películas tristes y leer libros de lágrimas puede ofrecer enormes beneficios a la salud mental al estimular la actividad nerviosa parasimpática, que disminuye la frecuencia cardIaca, lo que puede tener un efecto calmante en la mente. "Si lloras una vez por semana, puedes vivir una vida libre de estrés", agrega.
de psiquiatria.com
lunes, 5 de noviembre de 2018
de la vulnerabilidad de tu primer año universitario
Uno de cada
10 universitarios tiene ideas suicidas el primer año de carrera
Un estudio internacional revela
que el 30% de los estudiantes sufre algún trastorno mental durante el primer
curso en la Universidad
El
tránsito a la etapa universitaria es un proceso especialmente sensible para los
jóvenes. A medio camino entre la adolescencia y la edad adulta, los chavales se
enfrentan a un ciclo de cambios emocionales y sociales que pueden pasar factura
a su salud mental. Así lo constata un estudio coordinado por el Instituto
Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona que revela que
uno de cada 10 universitarios españoles ha tenido ideas o pensamientos suicidas durante
su primer año de carrera. Los expertos alertan de que diversos factores, como
el estrés o los antecedentes familiares, están detrás del riesgo a sufrir estas
ideaciones y, en última instancia, llevarlas a cabo.
"El
inicio en la universidad es como una pequeña crisis vital. Estas en un medio
nuevo, mucho más exigente y esto genera un estrés importante que puede ser el
desencadenante", apunta el doctor Jordi Alonso, director del programa de
epidemiología y salud pública del IMIM y coordinador del proyecto Universal,
donde se enmarca esta investigación. El estudio, publicado en la revista
Suicide and Life-Threatening Behavior, se realizó a través de encuestas a 2.118
alumnos de cinco universidades españolas (la Pompeu Fabra de
Barcelona, la de las Islas Baleares, la del País Vasco, la de Cádiz y la Miguel Hernández ).
Los
investigadores emplearon "instrumentos de evaluación de
suicidalidad", explica Alonso, en forma de cuestiones vinculadas a ese
tema: se trata de preguntas como si tuvieron el pensamiento de matarse en los
últimos 12 meses, si pensaron cómo hacerlo, si alguna vez idearon un plan o si
se lesionaron de alguna manera con intención de matarse. El estudio evaluó los
pensamientos suicidas y también las tentativas.
Los
resultados revelaron que la prevalencia de ideación suicida es mayor entre los
universitarios durante el primer año de carrera que en la población general de
ese rango de edad. "En la población general, la prevalencia está en el 4%
en los últimos 12 meses y en universitarios es del 10%. Eso nos lleva a pensar
que se trata de un grupo sometido a un especial estrés", valora Alonso.
Las tentativas de suicidio entre los universitarios rondaron el 1%. Los
investigadores no encontraron diferencias entre hombres y mujeres.
El
estudio también evalúa factores de riesgo o de protección. Por ejemplo, una red
social y familiar consistente y relaciones sociales positivas ayudan a proteger
contra estas situaciones. "Hay factores de riesgo ambientales, por
ejemplo, las adversidades infantiles, como maltrato, abusos, abandono,
psicopatologías de los padres, familias disfuncionales... También influyen
experiencias estresantes o adversas en los últimos 12 meses como muertes
cercanas, bullying o rupturas sentimentales, o si ese estudiante ha tenido
algún trastorno mental a lo largo de la vida", apunta Alonso. Con todo, el
investigador matiza que, aunque se han encontrado asociaciones que predisponen
o protegen a estas situaciones, "no se puede hacer conclusiones
causales".
Más trastornos mentales
Otro
estudio internacional realizado en el marco del proyecto Universal también
revela una mayor prevalencia de trastornos mentales entre universitarios
durante el primer año de carrera. La investigación, coordinada también por el
IMIM y en la que participaron estudiantes de ocho países, apunta a que un 31,4%
de los estudiantes universitarios han sufrido algún problema de salud mental
durante el primer curso.
Los
investigadores encontraron, además, que en un 20% de los casos con trastorno
mental, la patología les generaba problemas de desarrollo, no solo a nivel
académico, sino también en las relaciones sociales y personales.
"LA IMPULSIVIDAD JUEGA
EN CONTRA"
Los
expertos señalan que las conductas suicidas son "un continuum".
"Empieza con la desesperanza, como que la vida no le apetece mucho, y va
subiendo hasta un tedio vital, de que no le importa morir. Luego viene el deseo
de morir, aunque no pienso en cómo hacerlo. Después, sí busco ya cómo morir y
finalmente, lo intento", explica Thaïs
Tiana, psicóloga del Programa de Detección y Prevención del Suicidio del
Hospital Sant Pau de Barcelona. Según la especialista, el estudio coordinado
por el hospital del Mar, ya se centra en "el contínuum más grave" y
apunta que los universitarios de primer año son "adolescentes tardíos y
están en una época donde todo lo viven de forma muy intensa, para bien y para
mal". "No solo es el cambio a la universidad, pensar si has escogido
la carrera correcta o si tendrás trabajo, sino también que tienen que dejar el
domicilio familiar, el núcleo familiar o la red social más próxima. Es una
época de incertidumbre y estrés", agrega.
De elpais.com
lunes, 29 de octubre de 2018
cuando cumplas 60 te pasará esto
Esta es la edad en la que tenemos la
autoestima más alta
Empieza a crecer a partir de los
cuatro años, pero tarda muchos más en llegar a su punto álgido
La autoestima es la valoración que tenemos sobre
nosotros mismos y, según un reciente estudio publicado en la revista
Psychological Bulletin, "sufre cambios sistemáticos a lo largo de la
vida". Es decir, a veces está más alta y en otras ocasiones la tenemos más
baja. La investigación, realizada por expertos de la Universidad de Berna
(Alemania), ha descubierto cómo varía durante los años y cuál es la edad en la que mejor nos
solemos valorar.
Según el trabajo, en el que se han
analizado 331 ensayos sobre autoestima que incluyen datos de 164.868 personas
desde los cuatro hasta los 94 años, es cuando cumplimos
60 cuando los pensamientos positivos que tenemos sobre nosotros mismos están en
su punto más álgido. Algo que, además, suele mantenerse a lo
largo de esa década.
El primer cambio sustancial que notaron los científicos ocurre cuando
tenemos entre cuatro y 11 años,
que es cuando empieza a crecer nuestra autoestima. A partir de ese momento,
cuando entramos en la adolescencia, la curva se estabiliza y se mantiene
constante hasta los 15: "Al contrario de lo que se ha supuesto durante
mucho tiempo, la mayoría de los jóvenes no
tienen una baja autoestima durante esta etapa", aclaran los
expertos.
Durante los siguientes años de
vida, hasta los 30, vuelve a crecer de manera considerable y sigue haciéndolo
hasta llegar a su momento más alto, a los 60, aunque con menor intensidad.
Pasada esta década, cuando cumplimos 70,
nuestra autoestima empieza a mermarse y lo hace por el resto de nuestra vida,
sobre todo desde los 90. Algo que los científicos de Berna
achacan a vivencias de la vejez como la jubilación, la pérdida del papel
social, la soledad y posiblemente la viudez.
"Entender cómo se desarrolla la autoestima a
lo largo de la vida es importante porque se trata de algo que realmente importa
en el día a día de las personas", concluye la investigación. "La evidencia
demuestra que tiene impacto sobre nuestra vida. En particular
sobre el éxito y el bienestar que rigen nuestras relaciones sociales, la
educación, el trabajo y la salud física y mental",
apuntan los expertos de la
Universidad de Berna.
de elpais.com
martes, 23 de octubre de 2018
no te guardes el secreto
10.000 personas confesaron sus
secretos en pos de la ciencia. Resultado: amargan a quien los guarda
Eso sí, contárselos a la persona
inaudecuada nos genera más ansiedad y que enfermemos más. Estos nuestros
secretos más preciados
A pesar de que hoy en día millones
de personas compartimos nuestra vida en las distintas redes sociales, todos nos
guardamos una parte de intimidad. Son nuestros secretos y, según un estudio
publicado en 2012 del que se hace eco la Asociación Americana
de Psicología, de media tenemos 13
secretos personales y cinco de ellos no se los hemos contado absolutamente a
nadie.
Según esta misma investigación, en
la que se contó con más de mil participantes, los expertos del departamento de
Psicología de la
Tufts University (Boston, EE UU) descubrieron que solemos guardar secretos para
nosotros mismos porque su contenido nos genera vergüenza. Esta
costumbre tiene sus beneficios y sus perjuicios.
Así lo indican distintos estudios
llevados a cabo por la psicóloga Anita Kelly, de la Universidad de Notre
Dame (Indiana, EE UU) y autora del libro La psicología de los secretos. En su trabajo Las
consecuencias de revelar secretos personales, la experta explica que tomar la
decisión de contar este tipo de intimidades es compleja porque puede tener consecuencias negativas, como el hecho de
que la persona que recibe
el mensaje nos rechace tras conocer la información. En otra de
sus investigaciones apunta que mantener el secreto puede
evitar que los demás se generen una mala impresión sobre nosotros.
Sin embargo, todo es cuestión de
encontrar a la persona indicada con las que poder hablar, revelan desde KeepingSecrets.org,
una organización de la
Universidad de Columbia (EE UU) que ha recopilado datos de
más de 10.000 personas mayores de 18 años. Con "persona indicada" se
refieren a aquella que "no nos juzgará, será capaz de
darnos un buen consejo y será discreta". Además, se trata
de alguien que "no usará nuestro secreto en nuestra contra". Una vez
tengamos identificada a esta persona, podremos desahogarnos a gusto.
En caso de no conseguir contarle el
secreto a nadie, desde la organización de Columbia recomiendan otros métodos
que pueden ayudar a liberar la carga que suponen, como escribirlo en un diario
privado, algo que puede "ayudarnos a ver las cosas desde otra
perspectiva", o contarlo online de
forma anónima. Porque no hacerlo puede hacernos más daño.
Mantener un secreto puede
afectarnos mental y físicamente
La literatura científica sobre la
carga que produce guardar un secreto personal es amplia. Los estudios de Kelly,
por ejemplo, hablan de cómo, con el paso del tiempo, podemos empezar a tener síntomas
psicológicos negativos como ansiedad, culpa o vergüenza. Esto
se debe a que la mayor parte de los secretos
que mantenemos suelen ser sobre cosas negativas.
Y no solo lo nota nuestra mente.
Otra investigación llevada a cabo por Kelly descubrió, tras dividir a los
participantes en dos grupos —unos que debían imaginarse contando sus secretos a
personas que les criticaban y otros a personas que los aceptaban— que los del segundo
grupo se enfermaron menos en las
siguientes semanas que los del primero.
Los secretos que mejor guardamos
Las encuestas llevadas a cabo por la Universidad de
Columbia a más de 10.000 personas de distintos géneros y etnias desvelan cuáles son los temas de los que
somos más reticentes a hablar. Un total de 38 componen una lista en
la que también aparecen los porcentajes de participantes que no le han contado
el secreto a nadie y de aquellos que se lo han dicho al menos a una persona.
Mentiras que hemos contado,
traumas, robos que hemos cometido, problemas laborales —entre los que están la
satisfacción o el hacer algo impropio en el trabajo—, embarazos, abortos,
adicciones y consumo de drogas, ideología y religión, problemas con nuestro
aspecto físico o enfermedades mentales son algunos de los ejemplos de las cosas
que mantenemos en la intimidad.
Los más comunes son aquellos que
tienen que ver con nuestras relaciones amorosas. Los deseos, la falta de sexo
en la pareja, el descontento con la relación y, el que se lleva la palma, pensar en terceras personas, que
es el secreto mejor guardado de los participantes: "Es el
que más nos guardamos para nosotros mismos", dicen desde la organización,
mientras que las mentiras que hemos dicho alguna vez solemos contárselas a al
menos una persona.
Igual que ocurre con otros
secretos, aquellos que tienen que ver con nuestras relaciones y que mantenemos
ocultos a nuestras parejas pueden afectarnos tanto
psicológica como físicamente, pero también pueden terminar dañando la pareja,
concluye el trabajo de la
Universidad de Columbia.
de elpais.com
de elpais.com
lunes, 15 de octubre de 2018
el dinero tiene razones que la razón conoce
Este viernes se hará entrega del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales al filósofo Michael J. Sandel, alguien imprescindible en estos tiempos, alguien que te plantea preguntas difíciles de responder: "¿Está mal que los vendedores de agua o un vecino que tenga un generador de sobra saquen partido de un desastre natural subiendo los precios? ¿Es justo que Uber cobre más cuando llueve? ¿Y la reventa de entradas para un concierto de Beyoncé?".
Para poder contestar a estas y otras os recomendamos cualquiera de sus conferencias, por ejemplo esta:
Para poder contestar a estas y otras os recomendamos cualquiera de sus conferencias, por ejemplo esta:
jueves, 11 de octubre de 2018
que todos los días sean días de salud mental
Ayer fue el Día de la Salud Mental, y nuestros amigos de Pictoline nos ayudan a entender cuán importante es hablar del tema.
lunes, 1 de octubre de 2018
mejor que una manzana al día... una escritura al dia
Leer es bueno para la salud. Los estudios han demostrado que leer es como ir al gimnasio, pero para la mente. En lugar de ejercitar nuestros músculos, leer de forma regular ejercita nuestro cerebro. Leer es bueno además para muchas cosas, ya que también mejora nuestra salud mental (¡y física!) o nuestra empatía. Pero no solo la lectura tiene muchos beneficios, la escritura los tiene igualmente. Escribir cada día, por poco que sea, tiene muchos beneficios. No se necesita además escribir la próxima gran novela de las letras hispánicas para beneficiarse de ello.
Los beneficios de la escritura acaban de ser demostrados en un estudio realizado en la Universidad de Nueva Gales del Sur. Según el estudio, Emotional and physical health benefits of expressive writing, la escritura tiene beneficios positivos tanto en la salud mentar como en la física. Para confirmarlo, los participantes en el estudio tuvieron que escribir durante 15 a 20 minutos cada día día durante tres, cuatro y cinco jornadas.
Las conclusiones del estudio demostraron, como explican desde Witemotions (que es – no sorprendentemente – una empresa que vende cuadernos y libretas y que son quienes han compartido con nosotras el estudio en una nota de prensa), que gracias a la escritura se lograba un pensamiento más ordenado, se enriquecía la memoria y se era más creativo. Además, la escritura ayudaba a explorar el interior de uno mismo.
Entre los beneficios que se han encontrado de forma indirecta en la escritura también hay otros vinculados a la salud física. Un hábito de escritura diaria ayudaba a mostrar “menos estrés, menos trastornos cardiovasculares, menos síntomas en pacientes con asma, son algunos de los que se han comprobado tras la investigación”.
Estas conclusiones son también paralelas a las recomendaciones que se suelen hacer sobre por qué se debería escribir un diario. Los diarios ayudan a mejorar la creatividad y a combatir la pereza.
de foroabierto.org
lunes, 20 de agosto de 2018
heridas bien visibles
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- El 84% de las personas adultas y casi todos los niños y niñas afirman que los continuos bombardeos y el fuego de artillería son la causa número uno del estrés psicológico en la vida cotidiana de los menores.
- El 89% de los adultos manifiesta que, a medida que la guerra se extiende en el tiempo, el comportamiento de niños y niñas se ha vuelto más temeroso y nervioso.
- El 80% de las personas adultas indica que los niños y las niñas se han vuelto más agresivos y el 71% dijo que sufren cada vez más de enuresis (incontinencia) y micción involuntaria, ambos síntomas comunes de estrés agudo y de trastorno de estrés postraumático (TEPT) en menores.
- Dos de cada tres niños han perdido a algún ser querido, sus casas han sido bombardeadas o han sufrido lesiones relacionadas con la guerra.
- El 51% de los adultos señala que los adolescentes se refugian en las drogas como forma de hacer frente al estrés
- El 48% de las personas adultas conocen a niños y niñas que han perdido el habla o que han desarrollado dificultades para hablar desde que comenzó la guerra
- El 49% de los niños afirma que siempre o casi siempre tienen sentimientos de pena o tristeza extrema y el 78% que se sienten así en algún momento del día.
- Todos los grupos aseguran que no poder ir a la escuela está generando un enorme impacto psicológico en la vida de los niños y las niñas. El 50% de los que pueden acudir a clase nos dijeron que allí nunca o casi nunca se sienten seguros.
- El 59% de las personas adultas conocen a niños o niñas que han sido reclutados por grupos armados.
- La mitad de las personas a las que entrevistamos dicen que los abusos en el hogar han incrementado.
- En algunas regiones de más de un millón de habitantes, las personas entrevistadas señalan que solo hay un psiquiatra profesional para la zona.
- Uno de cada cuatro niños y niñas cuentan que nunca o casi nunca tienen adónde ir o con quién hablar cuando están asustados, tristes o enfadados.
- En la parte final del informe, Save the Children alerta de las graves violaciones del derecho internacional humanitario y de los abusos a los niños, que están dañando la salud mental y física de toda una generación
de infocop.es
lunes, 13 de agosto de 2018
Eternity Girl también se deprime
Os recomendamos una lectura para estos días de verano, hoy os hablamos de Eternity Girl una superheroína con superpoderes y sí, también con depresión.
https://www.dccomics.com/comics/eternity-girl-2018/eternity-girl-1
https://www.dccomics.com/comics/eternity-girl-2018/eternity-girl-1
lunes, 21 de mayo de 2018
otra razón más para odiar a tu ex
¿Se lleva genial con sus ex? Eso es un rasgo de personalidad psicopática
Piense: ¿qué busca realmente con esa relación?
Es un motivo de orgullo. Algo de lo que vanagloriarse. Signo de madurez, de racionalidad. ¿Cómo no seguir siendo amigos, después de tanto compartido? Años de anécdotas, de experiencias. Años, eso sí, que no tuvieron un final de cuento. Pero no importa porque, por encima de reproches y discusiones, queda el cariño por todo lo vivido. ¿Ah, sí? Error, mentira. Según un estudio de la Universidad de Oakland, muchos de los que se echan flores por haber sido capaces de mantener una relación de amistad con sus exparejas esconden, en realidad, rasgos psicopáticos. Así que menos presumir.
Pero, entonces, y según la investigación de la Universidad de Oakland, ¿qué pretenden realmente estas personas? Aunque algunos de ellos aluden al sentimentalismo, a lo bueno compartido o a los amigos comunes, otros tienen una visión más pragmática y quieren "seguir obteniendo recursos deseables como información, dinero o sexo ocasional", según los directores del estudio. En su desarrollo analizaron la conducta de 861 individuos, y determinaron a través de una encuesta que aquellos con personalidades más oscuras suelen mantener una relación aparentemente blanca y estable con sus antiguos compañeros sentimentales.
Maquiavélicos, narcisistas y psicopáticos. Son los ejes sobre los que suelen girar las acciones de estas personas, según la investigación. "La Organización Mundial de la Salud establece como rasgos comunes de las personas psicopáticas la conducta irresponsable y la falta de tolerancia a la frustración", define Raúl Padilla, psicólogo experto en terapia de pareja. Y completa: "A estas dos características hay que añadir más conductas habituales, como la culpabilización constante a los demás por no ser ellos capaces de asumir sus errores". Sabido entonces qué se entiende por personalidad psicopática y oscura, empiezan a vislumbrarse los patrones frente a los que conviene estar prevenidos.
Cómo saber cuándo es madurez y cuándo egoísmo
"Es a partir de la motivación por mantener ese vínculo desde donde se criba la salubridad de la relación", establece Raúl Padilla. Y el también psicólogo y terapeuta de pareja Óscar Marrero aporta la clave para construir un nexo realmente sano: "Si esa es nuestra pretensión [mantener el contacto con nuestros ex], conviene atender antes a cuáles son nuestras necesidades".
Él apuesta, como paso inicial, por la introspección: "Hay que aprender a escucharse para poder tener claro qué es lo que estamos buscando. ¿Sexo?, ¿cariño?, ¿apoyo emocional? Quizá no debamos buscarlo en aquella persona que el tiempo nos ha demostrado que no es la adecuada". Porque, primero, nos estaremos haciendo un flaco favor a nosotros mismos y, segundo, estaremos instrumentalizando al otro al buscar en él, como repasa el estudio de la Universidad de Oakland, un beneficio personal de forma egoísta.
Toca también armarse contra el otro: "No somos detectives y resulta imposible saber realmente qué busca la otra persona; por eso, de nuevo, deberemos seguir atendiendo a nuestras necesidades y no despistar nuestro bienestar", continúa Marrero. Puede darse el caso, por ejemplo, de que esa amistad nos haga sentir incómodos o que nos encontremos dando más explicaciones de las que quisiéramos: si tus amigos no te someten a tantos interrogatorios ni abusan tanto de tu confianza, ¿por qué tu expareja sí? ¿Simplemente por lo que en un día os unió? "En esas situaciones es mejor aumentar la distancia".
No obstante, no es esta la única posibilidad. Otro estudio, esta vez elaborado por expertos de la Universidad de Kansas, observó que hasta el 60% de las parejas se preocupan por mantener una relación posterior, más o menos estrecha y sincera. "Establecidos unos límites nuevos, adaptados a la nueva situación, y sin despistar nunca el bienestar individual, la relación se puede fundar sin mayor problema", confirma el psicólogo Marrero. Y si no se quiere, tampoco pasa nada. No hay por qué llevarse bien con todo el mundo.
Antes de eso, en cualquier caso, toca reflexión: ¿es usted de los que presumen de moderno por compartir café y tertulia con su ex? Quizá tenga un punto psicopático oculto y ni siquiera se ha dado cuenta.
de elpais.com
lunes, 30 de abril de 2018
la boda de mi mejor amigo
¿Es mejor casarse con un amante apasionado o con un mejor amigo?
Una reciente revisión de la Escuela de Economía de
Vancouver parece haber dado con la respuesta
Para
el escritor Antonio Gala, "el amor
perfecto es una amistad con momentos eróticos". Pero, ¿qué es más
importante tener de pareja a un amante apasionado o a un mejor
amigo? Un reciente estudio publicado
en Journal of Hapiness Studies parece haber dado con la respuesta.
Para descubrirlo, los investigadores Shawn Grover y John F. Helliwell de la Escuela de Economía de
Vancouver en Canadá, estudiaron los datos de dos grandes encuestas hechas en
Reino Unido, la Encuesta
de hogares británica (BHPS), con datos de 30.000 personas entre 1991 y
2009, y la Encuesta
anual de población, con información de otras 328.000 personas entre 2011 y
2013. Los datos desvelaron que casi la mitad de los encuestados en pareja se habían casado con
la persona a la que consideraban su mejor amigo.
Además, estas personas decían tener mayor satisfacción en su
vida frente a otras que no tenían como pareja a un amigo. Esta amistad,
conluyen, propicia esa sensación de bienestar: "La amistad es un mecanismo
que podría ayudar a explicar una relación causal entre el matrimonio y la satisfacción con la
vida" y afirman que esta sensación de bienestar en las personas
casadas se duplica cuando los cónyuges se consideran mejores amigos.
Una
posible explicación para esa felicidad de la que, según la investigación de
Grover y Helliwell, gozan las parejas casadas podría ser porque, apunta un
estudio de la
International Society of Psychoneuroendocrinology, tienen niveles más bajos de cortisol, la hormona que se libera
ante situaciones de estrés.
Si bien parece que la amistad es un componente claro en la
satisfacción conyugal, lo que también cabe preguntarse es si este efecto
positivo tiene fecha de caducidad. Grover y Helliwell comprobaron que el efecto
permanecía en el tiempo: "Es poco probable que los beneficios del
matrimonio sean de corta duración", dicen y añaden que incluso después de
años "las personas casadas están aún más satisfechas". De hecho, los participantes del
estudio que seguían juntos después de años se sentían más satisfechos con la
vida que las personas solteras o divorciadas.
de elpais.com
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