lunes, 29 de octubre de 2018

cuando cumplas 60 te pasará esto

Esta es la edad en la que tenemos la autoestima más alta

Empieza a crecer a partir de los cuatro años, pero tarda muchos más en llegar a su punto álgido

La autoestima es la valoración que tenemos sobre nosotros mismos y, según un reciente estudio publicado en la revista Psychological Bulletin, "sufre cambios sistemáticos a lo largo de la vida". Es decir, a veces está más alta y en otras ocasiones la tenemos más baja. La investigación, realizada por expertos de la Universidad de Berna (Alemania), ha descubierto cómo varía durante los años y cuál es la edad en la que mejor nos solemos valorar.
Según el trabajo, en el que se han analizado 331 ensayos sobre autoestima que incluyen datos de 164.868 personas desde los cuatro hasta los 94 años, es cuando cumplimos 60 cuando los pensamientos positivos que tenemos sobre nosotros mismos están en su punto más álgido. Algo que, además, suele mantenerse a lo largo de esa década.
El primer cambio sustancial que notaron los científicos ocurre cuando tenemos entre cuatro y 11 años, que es cuando empieza a crecer nuestra autoestima. A partir de ese momento, cuando entramos en la adolescencia, la curva se estabiliza y se mantiene constante hasta los 15: "Al contrario de lo que se ha supuesto durante mucho tiempo, la mayoría de los jóvenes no tienen una baja autoestima durante esta etapa", aclaran los expertos.
Durante los siguientes años de vida, hasta los 30, vuelve a crecer de manera considerable y sigue haciéndolo hasta llegar a su momento más alto, a los 60, aunque con menor intensidad. Pasada esta década, cuando cumplimos 70, nuestra autoestima empieza a mermarse y lo hace por el resto de nuestra vida, sobre todo desde los 90. Algo que los científicos de Berna achacan a vivencias de la vejez como la jubilación, la pérdida del papel social, la soledad y posiblemente la viudez.
"Entender cómo se desarrolla la autoestima a lo largo de la vida es importante porque se trata de algo que realmente importa en el día a día de las personas", concluye la investigación. "La evidencia demuestra que tiene impacto sobre nuestra vida. En particular sobre el éxito y el bienestar que rigen nuestras relaciones sociales, la educación, el trabajo y la salud física y mental", apuntan los expertos de la Universidad de Berna.

de elpais.com

martes, 23 de octubre de 2018

no te guardes el secreto

10.000 personas confesaron sus secretos en pos de la ciencia. Resultado: amargan a quien los guarda

Eso sí, contárselos a la persona inaudecuada nos genera más ansiedad y que enfermemos más. Estos nuestros secretos más preciados

A pesar de que hoy en día millones de personas compartimos nuestra vida en las distintas redes sociales, todos nos guardamos una parte de intimidad. Son nuestros secretos y, según un estudio publicado en 2012 del que se hace eco la Asociación Americana de Psicología, de media tenemos 13 secretos personales y cinco de ellos no se los hemos contado absolutamente a nadie.
Según esta misma investigación, en la que se contó con más de mil participantes, los expertos del departamento de Psicología de la Tufts University (Boston, EE UU) descubrieron que solemos guardar secretos para nosotros mismos porque su contenido nos genera vergüenza. Esta costumbre tiene sus beneficios y sus perjuicios.
Así lo indican distintos estudios llevados a cabo por la psicóloga Anita Kelly, de la Universidad de Notre Dame (Indiana, EE UU) y autora del libro La psicología de los secretos. En su trabajo Las consecuencias de revelar secretos personales, la experta explica que tomar la decisión de contar este tipo de intimidades es compleja porque puede tener consecuencias negativas, como el hecho de que la persona que recibe el mensaje nos rechace tras conocer la información. En otra de sus investigaciones apunta que mantener el secreto puede evitar que los demás se generen una mala impresión sobre nosotros.
Sin embargo, todo es cuestión de encontrar a la persona indicada con las que poder hablar, revelan desde KeepingSecrets.org, una organización de la Universidad de Columbia (EE UU) que ha recopilado datos de más de 10.000 personas mayores de 18 años. Con "persona indicada" se refieren a aquella que "no nos juzgará, será capaz de darnos un buen consejo y será discreta". Además, se trata de alguien que "no usará nuestro secreto en nuestra contra". Una vez tengamos identificada a esta persona, podremos desahogarnos a gusto.
En caso de no conseguir contarle el secreto a nadie, desde la organización de Columbia recomiendan otros métodos que pueden ayudar a liberar la carga que suponen, como escribirlo en un diario privado, algo que puede "ayudarnos a ver las cosas desde otra perspectiva", o contarlo online de forma anónima. Porque no hacerlo puede hacernos más daño.

Mantener un secreto puede afectarnos mental y físicamente

La literatura científica sobre la carga que produce guardar un secreto personal es amplia. Los estudios de Kelly, por ejemplo, hablan de cómo, con el paso del tiempo, podemos empezar a tener síntomas psicológicos negativos como ansiedad, culpa o vergüenza. Esto se debe a que la mayor parte de los secretos que mantenemos suelen ser sobre cosas negativas.
Y no solo lo nota nuestra mente. Otra investigación llevada a cabo por Kelly descubrió, tras dividir a los participantes en dos grupos —unos que debían imaginarse contando sus secretos a personas que les criticaban y otros a personas que los aceptaban— que los del segundo grupo se enfermaron menos en las siguientes semanas que los del primero.

Los secretos que mejor guardamos

Las encuestas llevadas a cabo por la Universidad de Columbia a más de 10.000 personas de distintos géneros y etnias desvelan cuáles son los temas de los que somos más reticentes a hablar. Un total de 38 componen una lista en la que también aparecen los porcentajes de participantes que no le han contado el secreto a nadie y de aquellos que se lo han dicho al menos a una persona.
Mentiras que hemos contado, traumas, robos que hemos cometido, problemas laborales —entre los que están la satisfacción o el hacer algo impropio en el trabajo—, embarazos, abortos, adicciones y consumo de drogas, ideología y religión, problemas con nuestro aspecto físico o enfermedades mentales son algunos de los ejemplos de las cosas que mantenemos en la intimidad.
Los más comunes son aquellos que tienen que ver con nuestras relaciones amorosas. Los deseos, la falta de sexo en la pareja, el descontento con la relación y, el que se lleva la palma, pensar en terceras personas, que es el secreto mejor guardado de los participantes: "Es el que más nos guardamos para nosotros mismos", dicen desde la organización, mientras que las mentiras que hemos dicho alguna vez solemos contárselas a al menos una persona.

Igual que ocurre con otros secretos, aquellos que tienen que ver con nuestras relaciones y que mantenemos ocultos a nuestras parejas pueden afectarnos tanto psicológica como físicamente, pero también pueden terminar dañando la pareja, concluye el trabajo de la Universidad de Columbia.

de elpais.com

lunes, 15 de octubre de 2018

el dinero tiene razones que la razón conoce

Este viernes se hará entrega del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales al filósofo Michael J. Sandel,  alguien imprescindible en estos tiempos, alguien que te plantea preguntas difíciles de responder: "¿Está mal que los vendedores de agua o un vecino que tenga un generador de sobra saquen partido de un desastre natural subiendo los precios? ¿Es justo que Uber cobre más cuando llueve? ¿Y la reventa de entradas para un concierto de Beyoncé?".

Para poder contestar a estas y otras os recomendamos cualquiera de sus conferencias, por ejemplo esta:


jueves, 11 de octubre de 2018

que todos los días sean días de salud mental

Ayer fue el Día de la Salud Mental, y nuestros amigos de Pictoline nos ayudan a entender cuán importante es hablar del tema.


lunes, 1 de octubre de 2018

mejor que una manzana al día... una escritura al dia

Leer es bueno para la salud. Los estudios han demostrado que leer es como ir al gimnasio, pero para la mente. En lugar de ejercitar nuestros músculos, leer de forma regular ejercita nuestro cerebro. Leer es bueno además para muchas cosas, ya que también mejora nuestra salud mental (¡y física!) o nuestra empatía. Pero no solo la lectura tiene muchos beneficios, la escritura los tiene igualmente. Escribir cada día, por poco que sea, tiene muchos beneficios. No se necesita además escribir la próxima gran novela de las letras hispánicas para beneficiarse de ello.
Los beneficios de la escritura acaban de ser demostrados en un estudio realizado en la Universidad de Nueva Gales del Sur. Según el estudio, Emotional and physical health benefits of expressive writing, la escritura tiene beneficios positivos tanto en la salud mentar como en la física. Para confirmarlo, los participantes en el estudio tuvieron que escribir durante 15 a 20 minutos cada día día durante tres, cuatro y cinco jornadas.
Las conclusiones del estudio demostraron, como explican desde Witemotions (que es – no sorprendentemente – una empresa que vende cuadernos y libretas y que son quienes han compartido con nosotras el estudio en una nota de prensa), que gracias a la escritura se lograba un pensamiento más ordenado, se enriquecía la memoria y se era más creativo. Además, la escritura ayudaba a explorar el interior de uno mismo.
Entre los beneficios que se han encontrado de forma indirecta en la escritura también hay otros vinculados a la salud física. Un hábito de escritura diaria ayudaba a mostrar “menos estrés, menos trastornos cardiovasculares, menos síntomas en pacientes con asma, son algunos de los que se han comprobado tras la investigación”.
Estas conclusiones son también paralelas a las recomendaciones que se suelen hacer sobre por qué se debería escribir un diario. Los diarios ayudan a mejorar la creatividad y a combatir la pereza.
de foroabierto.org