lunes, 27 de marzo de 2017

desarrolla tu empatía, lee novelas

Leer ficción nos hace más empáticos

Un estudio asegura que se puede aprender sobre las emociones al explorar la vida interior de los personajes ficticios

Leer ficción fomenta la empatía. Los lectores pueden formarse ideas sobre las emociones, las motivaciones y las ideas de los otros y trasladar esas experiencias a la vida real. Así lo afirma Keith Oatley, psicólogo y novelista, en una revisión de un estudio sobre los beneficios de la lectura para la imaginación que publica hoy en Trends in Cognitive Sciences.
En este nueva investigación se aportan fundamentalmente dos estudios que apoyan la tesis de Oatley. En el primero de ellos se pedía a varios participantes que imaginasen una escena a partir de escuetas frases, tales como “una alfombra azul oscuro” o “un lápiz de rayas naranjas”, mientras permanecían conectados a una máquina de resonancia magnética. La escena que debían imaginar, a raíz de las pistas que les iban dando, era la de una persona que ayuda a otra a la que se le ha caído un lápiz al suelo. Oatley explica que con tan solo escuchar tres frases se produjo en los participantes la mayor activación del hipocampo, una región del cerebro asociada con el aprendizaje y la memoria. “Los escritores no necesitan describir escenarios de forma exhaustiva, solo tienen que sugerir una escena y la imaginación del lector hará el resto”, añade.
La teoría de Oatley, que es profesor emérito de psicología aplicada y desarrollo humano en la Universidad de Toronto, se basa en que la ficción simula una especie de mundo social que provoca comprensión y empatía en el lector. “Cuando leemos ficción nos volvemos más expertos en la comprensión de las personas y sus intenciones”, explica el investigador. Esta respuesta también se encuentra en las personas que ven ficciones televisivas o que juegan a videojuegos con una historia narrativa en primera persona. Lo que es común a todas las modalidades de la ficción es la comprensión de las características que asignamos a los personajes, según Oatley.
El otro experimento aportado a la revisión del estudio consistía en que los participantes debían adivinar lo que otras personas estaban pensando o sintiendo a partir de fotografías de sus ojos. Para ello podían elegir entre cuatro términos que describían estados de ánimo, por ejemplo, reflexivo o impaciente. La conclusión fue que las respuestas de los lectores de ficción dieron lugar a términos más aproximados que los lectores de ensayos y libros de no ficción. Además de estos dos estudios realizados por Oatley, el psicólogo también aporta otras investigaciones que apoyan sus conclusiones, como uno realizado por Frank Hakemulder, investigador de lengua y literatura en el Institute for Cultural Inquiri (ICON), de la Universidad de Utrecht. Hakemulder afirma que la complejidad de los personajes literarios ayuda a los lectores a tener ideas más sofisticadas acerca de las emociones de los demás.  
Todos estos experimentos se enmarcan en un momento de creciente interés por los estudios sobre las imágenes del cerebro. Hace unos años, en 2009, cuando el mismo autor publicó el primer estudio sobre esta cuestión,  no había tanta disposición y expectación ante estos temas. El giro de la comunidad científica hacia este tipo de investigaciones es algo que se ha producido en los últimos años. “Los investigadores están reconociendo ahora que en la imaginación hay algo importante que estudiar”, señala Oatley.
La característica más importante del ser humano es la sociabilidad, asegura Oatley. “Lo distintivo es que los humanos socializamos con otras personas de una forma que no está programada por instinto, como es el caso de los animales”, explica el psicólogo, para quien la ficción puede aumentar la experiencia social y ayudar a entenderla.

De elpais.com 




viernes, 17 de marzo de 2017

del beneficio de cierta distancia paterna

 

Hoy os dejamos con una carta que el escritor Javier Gomá publicaba en el diario El País, merece la pena leerla, y disfrutarla.


 

A MIS HIJOS

 

 

QUERIDOS CHICOS: Cuando leáis esta carta ya no estaré con vosotros en este mundo. He sido vuestro padre mientras vivía y no tengo intención de dejar de serlo ahora solo porque haya muerto. La paternidad no declina, ni siquiera por la circunstancia de la muerte. Aunque naturalmente muta y estas líneas son para explicar ese cambio.
Como padre, una de mis ambiciones ha sido la de no estorbar demasiado. Si un padre no estorba el desarrollo natural de su hijo, ya contribuye positivamente a su educación. Tantos padres castrantes, autoritarios, frustrados y frustrantes, preferí no tener influencia sobre vosotros a tenerla excesiva o mala. No estoy de acuerdo con Platón cuando afirma que la descendencia es una forma de eternidad para los mortales. A la descendencia hay que dejarla en paz y no usarla como coartada, ni siquiera de eternidad. Nunca me formé un plan previo para vosotros que debierais satisfacer, así que tampoco hubo riesgo de que lo defraudarais. La naturaleza tiende a su propia perfección y así lo ha hecho durante millones de años antes de la aparición del homínido. Con esta confianza elemental en el impulso de la naturaleza, me senté a contemplar cómo esta hacía su trabajo en vosotros y fui feliz testigo de vuestro maravilloso crecimiento.
Con todo, los hijos están al cuidado de los padres. De estos depende que los primeros no solo crezcan, sino que crezcan sanos. Somos proveedores de vuestra salud. La del cuerpo, claro está, pero también la mental, sentimental y anímica. Emulando el magisterio de vuestra madre, cuidé paternalmente de vosotros para proporcionaros las condiciones de una vida saludable y salvaros –salud significa salvación– de lo insano, mórbido y vicioso al acecho. Nada hay seguro para los mortales, todo se halla expuesto a los antojos de la caprichosa Fortuna. Pero ciertamente, aun sin garantía ninguna de éxito, el trabajo en la propia salud, si luego se combina con una sabia administración de las expectativas en la vida, jugando entre la experiencia y la esperanza, aumenta las probabilidades del gozo inteligente, lo único que al final de verdad quise para vosotros.
Por decirlo todo, quise algo más. Un padre te cae en suerte sin elegirlo: me gustaría, por supuesto, que pensarais que vuestra suerte en el sorteo ha sido buena. Pero mucho más me gustaría que sintierais la evidencia de que el afortunado he sido yo, porque vuestra mera existencia ha bendecido definitivamente la mía.
Ahora que me he ido, la paternidad se prolonga a través de la imagen de mi vida que vosotros custodiáis. Os seguirá tutelando en el recuerdo la imagen de un padre que procuró no estorbar, cuidó de vuestra importante salud y se sintió inmensamente afortunado.
¿Que cómo pretendo que esta carta no sea leída hasta después de mi muerte si ya ha salido publicada en un periódico global? Porque, entre las lecciones de vida que he transmitido a mis hijos, está la de leer solo por placer. Y he observado que tienen la sana costumbre de no leerme.

Javier Gomá



lunes, 13 de marzo de 2017

odia tu trabajo

Expertas aseguran que quejarse en el trabajo con un objetivo concreto puede ser un éxito

La profesora de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya, Eva Rimbau, ha asegurado que, pese a que generalmente quejarse está mal visto, cuando las quejas se producen en el ámbito laboral y tienen un objetivo concreto pueden ser un “éxito”.
“Si tu queja se debe a que intentas mejorar tu productividad o la de tu empresa, es probable que, si sabes plantearla, sea bien recibida”, ha asegurado. Estas declaraciones han sido corroboradas por la profesora Gina Aran quien, además, ha subrayado la importancia de que el trabajador sea asertivo para que sus quejas se tengan en cuenta.
Y es que, a juicio de las expertas, una queja puede ser un indicador de que hay algo que no funciona bien, por lo que podría ser útil pero también puede ser conflictivo. “Hay que practicar la ‘queja sana’, hacer observaciones u sugerencias que pueden ser bienvenidas”, ha explicado Aran, a lo que Rimbau ha añadido que tiene que “centrarse en hechos perjudiciales para la productividad y mostrar en todo momento una actitud profesional”.
Ahora bien, a la hora de plantear la queja, las expertas han aconsejado buscar el momento idóneo, lo ideal es concertar una hora de encuentro o de entrega; hacerla por escrito porque reduce el componente emocional y la convierte en más objetiva y comprensible; mantener el autocontrol si se hace en persona; describir la situación y las consecuencias negativas que ocasiona; y proponer alternativas de solución, sin exigir y procurando empatizar.
“Si la sugerencia cae en saco roto, no hay que insistir más. Se puede correr el riesgo de ser considerado conflictivo. Las quejas que son aceptables son aquellas que reclaman algo derivado de un acuerdo roto o de un compromiso”, han apostillado Rimbau.

PERFILES DE LOS ‘QUEJICAS’
Finalmente, Aran ha informado de que hay varios tipos de ‘quejicas’ como, por ejemplo, los que se convierten en ‘quejosos crónicos’ y comunican sus quejas de modo que alteran el clima laboral y la capacidad de concentración del resto de trabajadores, lo que afecta a la productividad.
“Lo hacen de modo que cualquier cosa es susceptible de crítica y buscan aliados, se quejan de forma reiterada y eso se convierte en un hábito”, ha enfatizado Aran.
O el del típico ‘yo crítico’, aquel que lo critica todo, que se queja y que siempre está disconforme. “Es un perfil completamente reconducible: hay que implicarlo en un proyecto del que pueda ser responsable”, ha zanjado.




De psiquiatria.com

lunes, 6 de marzo de 2017

emocionatest

La UJI crea una app para evaluar la comprensión emocional de los niños en edad escolar

Investigadores en psicología y educación de la Universitat Jaume I (UJI) han creado Emocionatest, una aplicación para móvil y tableta que permite evaluar, en un entorno amigable, interactivo y de juego, la competencia emocional de los niños de edades comprendidas entre tres y doce años. Esta app facilita la diagnosis de anomalías o retrasos de los niños a la hora de reconocer y gestionar sus emociones y está dirigida a la comunidad psicoeducativa. La nueva herramienta ha sido validada mediante estudios de campo de un proyecto de demostración y creación del prototipo financiado por la UJI y supervisado por la Oficina de Cooperación en Investigación y Desarrollo Tecnológico (OCIT) de esta institución académica.
La novedad que aporta Emocionatest a la oferta actual de este tipo de tecnologías es un diseño en formato de videojuego, en el cual también ha participado el profesor del Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos Francisco Ramos, mucho más estimulante para los pequeños que los tradicionales tests psicológicos porque permite interactuar. A la vez, este dispositivo también es innovador como herramienta de diagnosis.
«Esta app permite libertad a la hora de elegir el lugar más adecuado donde hacer la evaluación, puesto que sólo se necesita un dispositivo móvil y no requiere ninguna aula específica que puede condicionar la actitud de los niños y, además, facilita la tarea a los centros educativos que estén interesados en usarla», explica uno de los creadores de Emocionatest, el investigador en psicología social y experto en inteligencia emocional de la UJI Edgar Bresó.

La profesora de Psicología Evolutiva y de la Educación Clara Andrés también es autora de Emocionatest. Su estudio se centra en la evaluación de la cognición social en niños con dificultades comunicativas, y ante la carencia de materiales comprensivos para su evaluación adaptados a los pequeños con dificultades de desarrollo promovió el diseño de nuevos recursos. De este modo, «la estructura y diseño de esta app están basados, por un lado, en el análisis de estudios evolutivos sobre desarrollo de competencia emocional en niños con niveles típicos y, por el otro, en las particularidades de este desarrollo en la población con trastorno del espectro autista (TEA)», argumenta Andrés.
PANTALLAS PARA IDENTIFICAR EMOCIONES
Emocionatest presenta cinco niveles de dificultad creciente y se basa en un método de evaluación lúdico y especialmente visual. Además, la app permite obtener información cuantitativa y cualitativa sobre esta habilidad. «Es decir, no solamente podemos saber cuántas emociones identifican correctamente los pequeños, sino ver, ante un error, con qué opciones son confundidas», añade la profesora. Las competencias analizadas se relacionan con el reconocimiento y la construcción de las expresiones faciales; la identificación de emociones a partir de situaciones comunes y la percepción tanto de emociones basadas en experiencias cognitivas como en otras ocultas.
Los niños con trastorno del espectro autista muestran trabas para ser emocionalmente competentes a lo largo de su desarrollo como consecuencia de su dificultad para entender la mente de otras personas. Además, los niños y niñas con otros trastornos, como por ejemplo aquellos con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o trastorno específico del lenguaje (TEL), también manifiestan, a veces, cierta incompetencia, por ejemplo, a la hora de regular sus emociones o identificar emociones basadas en creencias, como consecuencia de sus problemas inhibitorios –en caso del TDAH–, o el retraso del lenguaje, en los casos de TEL. La mayor parte de los 
estudios se ha centrado en la evaluación, y consecuentemente, en el entrenamiento de aspectos parciales de la competencia emocional, como por ejemplo el reconocimiento de las expresiones faciales y, en opinión de Clara Andrés, «olvidando otros componentes muy importantes, como son la regulación emocional o la diferenciación de emociones internas y externas, las cuales incorporamos en Emocionatest, mediante estímulos visuales comprensibles, auditivos, táctiles, etc.».
La tecnología de Emocionatest, cuyo software está registrado, se puede usar en sectores como la educación y la psicología escolar, los hospitales y centros dedicados al cuidado de pacientes con autismo, a la vez que para la investigación en psicología evolutiva y trastornos del desarrollo.

http://emotional-apps.com/es/


De psiquiatria.com