lunes, 25 de enero de 2016

la culpa es de las series

Ver mucho la televisión de joven puede afectar a la función cognitiva de la mediana edad.

Mirar mucha televisión y tener un bajo nivel de actividad física cuando se es un adulto joven se asocia con peor función cognitiva 25 años más tarde en la mediana edad, según revlea una investigación publicada en la edición digital de  ’JAMA Psychiatry’.
Pocos estudios han investigado la asociación entre la actividad física en la edad adulta y la función cognitiva en el futuro. Junto con el aumento de la prevalencia de las actividades sedentarias o según el tiempo que se pasa frente a las pantallas, como la televisión, estas tendencias son motivo de preocupación para las próximas generaciones de jóvenes.
La doctora Tina D. Hoang, del Instituto del Norte de California para la Investigación y la Educación en el Centro Médico de Asuntos de Veteranos, en San Francisco, Estados Unidos; la doctora Kristine Yaffe, de la Universidad de California, San Francisco, y coautores examinaron los vínculos entre los patrones de visión de la televisión y la actividad física durante 25 años y la función cognitiva en la mediana edad.
El estudio de 3.247 adultos (de 18 a 30 años) utilizó un cuestionario para evaluar el tiempo que se veía la televisión y la actividad física durante visitas repetidas a lo largo de 25 años. Ver mucho la televisión se definió como más de tres horas al día durante más de dos tercios de las visitas y el ejercicio se midió como unidades basadas en tiempo e intensidad. La función cognitiva se evaluó en el año 25 con tres pruebas que calculan la velocidad de procesamiento, la función ejecutiva y la memoria verbal.
Los participantes que pasaban muchas horas frente al televisor durante 25 años (353 de 3.247 o un 10,9 por ciento) eran más propensos a tener bajo rendimiento cognitivo en algunas de las pruebas. La actividad física de baja durante 25 años en 528 de los 3.247 participantes (16,3 por ciento) se vinculó con un mal desempeño en una de las pruebas.
Las probabilidades de pobre rendimiento cognitivo eran casi dos veces más altas para los adultos que veían mucho la televisión y tenían baja actividad física en 107 de 3.247 participantes (3,3 por ciento), según los resultados del trabajo. Los autores reconocen algunas limitaciones, como un posible sesgo de selección y que los patrones de actividad física y visión de la televisión fueron informados por los propios participantes.
“En esta cohorte birracial que siguió durante 25 años, se encontró que los bajos niveles de actividad física y los altos niveles de visión de la televisión cuando se es joven hasta mediados de la edad adulta se asociaron con peor rendimiento cognitivo en la mediana edad. En particular, estos comportamientos se vincularon con menor velocidad de procesamiento y peor función ejecutiva, pero no con la memoria verbal”, explican los investigadores.

“Los participantes con los patrones menos activos de conducta (es decir, tanto baja actividad física como mucho tiempo frente al televisor) fueron los más propensos a tener mala función cognitiva. Los individuos con tanto actividad física baja y alto comportamiento sedentario puede representar un grupo objetivo fundamental”, concluye el estudio.

de psiquiatria.com

lunes, 18 de enero de 2016

control de impulsos primatológicos

Los niños de tres años controlan sus impulsos prácticamente de la misma forma que lo hacen los chimpancés, mientras que a los seis años ya tienen una mayor capacidad de autocontrol, según los resultados de un estudio del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania) en el que ha participado la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
En el trabajo, cuyos resultados publica la revista ‘Developmental Science’, incluyó una batería de pruebas realizadas en 65 niños y niñas de tres y seis años y en 34 chimpancés, y entre las causas que barajan los autores para explicar este cambio entre una edad y otra está la enseñanza activa de este tipo de habilidades de control por parte de padres, madres y otros adultos.
La capacidad de controlar los impulsos está relacionada con la capacidad de los niños a adaptarse a nuevas situaciones sociales, como puede ser el colegio o las relaciones con nuevos amigos.
“La interacción o cooperación con otros posiblemente implica la inhibición de impulsos como ‘coger lo que uno quiera’ o ‘ser el primero en todo’”, ha explicado Victoria Hernández Lloreda, investigadora del departamento de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la UCM y una de las autoras del estudio.
Y la cultura humana influiría en el desarrollo de esta capacidad permitiendo a los niños adaptarse a nuevas situaciones sociales y facilitando la resolución de diferentes tareas cognitivas.
De las seis pruebas practicadas, dos de ellas analizaron cómo reaccionaban los participantes ante cambios en el entorno (lo que se conoce como reactividad). La conclusión fue que los niños de seis años mostraban una mayor respuesta de rechazo que los chimpancés hacia la novedad y hacia objetos potencialmente amenazantes para ver si registraban una mayor reactividad.
Sin embargo, manejaban mejor esta reacción que los animales, mostrando una mayor capacidad de autocontrol. Los niños de tres años registraron una posición intermedia.
“Este es el primer estudio donde se compara de forma sistemática, a través de una amplia batería de test, las dos grandes dimensiones del temperamento (reactividad y autorregulación) en niños y chimpancés”, ha subrayado la investigadora española.

 de psiquiatria.com

lunes, 11 de enero de 2016

dime a quién citas y te diré quién eres

Compartir frases profundas en internet dice poco de nosotros

Un estudio revela que compartir en internet afirmaciones profundas, pseudo-profundas o filosóficas podría ser un síntoma de carencias relacionadas con el nivel intelectual o de fluidez verbal.
Tumblr, Twitter, Facebook... las redes sociales están plagadas de textos que, a primera vista, pueden parecer más o menos profundos o llenos de sentimientos. Esta tendencia llamó la atención de unos investigadores de la Universidad de Waterloo, en Canadá, que inició un estudio para buscar los motivos.
El estudio, denominado "Sobre la recepción y detección de tonterías pseudo-profundas", habla de "aquellas afirmaciones aparentemente impresionantes que se presentan como verdaderas y llenas de significado, pero que en realidad están vacías de contenido". El artículo ha sido publicado en la revista psicológica Judgment and Decision Making.
Básicamente, lo que establece el equipo es que aquellas personas que creen en los discursos de este tipo tienen algunos problemas de inteligencia y fluidez verbal. Y no solo eso, sino que también tienen una clara tendencia a la ideación conspirativa y a la utilización de medicinas alternativas, como pueden ser la homeopatía o el reiki.
Para llegar a estas conclusiones, han utilizado como objeto de estudio una cuenta de Twitter, concretamente la de un famoso comunicador indio defensor de la mente y la espiritualidad, Deepak Chopra.
A un grupo de 280 voluntarios les mostraron frases aparentemente profundas, entre ellas las de dicho predicador. El hecho de que estas frases lleven implícitas palabras con significados que, en teoría, van más allá de la simple objeción, provoca que quienes las leen, independientemente del orden de la sintaxis, entiendan las oraciones como algo significativo sin pararse a pensar en qué quieren decir realmente.
"Hay que destacar la diferencia entre una mente abierta irreflexiva y una mente también abierta, pero reflexiva. La primera tiende más a aceptar la información sin procesarla demasiado; la segunda, acaba siendo una mentalidad que busca información como un medio para facilitar el análisis crítico y la reflexión", explican en el análisis de su teoría.


de lne.es

lunes, 4 de enero de 2016

queridos reyes magos...

Dejar a los niños escribir la carta a Papá Noel y a los Reyes Magos fomenta su autoestima.


Llegan las navidades y los buzones se llenan de cartas dirigidas a Papá Noel y a los Reyes Magos, y cuidado, esto no es ninguna tontería ya que escribir la carta da el control de la situación al niño y le ayuda a fomentar su autoestima, según ha asegurado, en declaraciones a Europa Press, la psicóloga del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, María Rosa Ferrero.
La carta de los Reyes Magos consta de un proceso con dos fases. En el paso previo el protagonista es el niño y es importante que los padres se sienten con los hijos para valorar lo que quieren y para guiarles. En la segunda fase la cosa cambia, aquí los protagonistas son los Reyes Magos y la decisión de qué se le regala al niño es suya. Por eso, Ferrero aconseja que los regalos vayan “un poco en relación del comportamiento con el niño y en función de la carta final”.
Sin embargo, la crisis no permite a los Reyes Magos y a Papá Noel traer siempre muchos regalos a los niños, por lo que los padres tienen que hacer una preparación previa con ellos explicándoles que es probable que no reciban todos los regalos que han pedido.
En este sentido, también es importante que los Reyes hagan cierto equilibrio a la hora de regalar a los niños y niñas que tienen hermanos, pero siempre en función de su economía, ha asegurado la experta.
En lo que se refiere a los juguetes hay que tener en cuenta la edad a la que están dirigidos -sobre todo cuando se trata de videojuegos- y tener variedad a la hora de elegirlos. Muchas veces los Reyes creen que es mejor regalar a los niños juguetes educativos por el simple hecho de que se supone que van a ser más beneficiosos para ellos, pero se olvidan de que “casi todos los juegos cumplen alguna función”, ha señalado Ferrero.
Por último, es tradición que a los niños ‘malos’ los Reyes les traigan carbón. A este respecto la experta opina que “no está de más que vean -los niños- que hay cierta relación”, pero siempre que se utilice con medida. “Si es un aspecto que consideramos que es grave a lo mejor si que hay que plasmarlo” ha añadido, por lo que Ferrero aconseja a los Reyes que en estas situaciones, junto con el carbón, dejen una nota explicando que comportamientos tiene que cambiar el niño.

 de psiquiatria.com